La primera

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¡Serena, por favor, cálmate! No puedes seguir obsesionada con ese chico. No está bien y además, es ilegal. Así que, ¡olvídate de esos pensamientos! Necesito dejar de leer tantos libros, en serio, me están afectando mucho. No puedo seguir pensando que el profesor de prácticas tiene algún tipo de obsesión conmigo, ¡es ridículo! Tengo que dejar de lado esas fantasías. Necesito concentrarme en el momento presente. Hoy toca salir a cenar y disfrutar de las cosas simples.

一Oye, ¿en qué estás tan ensimismada?一 me preguntó mi amiga de repente, lanzándome una mirada cómplice.

一No es nada, solo estaba pensando en los exámenes一, mentí rápidamente. En realidad, estaba pensando en los exámenes del profesor de prácticas de inglés y en la intensidad que me transmite cada vez que me mira... Detente, Serena, ¡basta ya!

一Claro, eso no te lo crees ni tú一, replicó mi amiga con una risita. 一¡Estabas pensando en un chico que casi te hace babear!一, exclamó mientras caminábamos hacia el restaurante.

Suspiré internamente, ¿cómo podía leerme tan fácilmente? Quizás necesitaba ser más cuidadosa con mis pensamientos.

Rodé los ojos, intentando desviar la conversación, pero la verdad es que no estaba pensando en un chico cualquiera. Estaba pensando en un hombre, alguien que es mi profesor. Pensaba en su olor, en cómo mi corazón se aceleraba cada vez que se acercaba, en cómo mi piel reaccionaba ante el roce de su mano, en cómo mi respiración se volvía más agitada cada vez que susurra al explicarme algún ejercicio, en cómo se me erizaba la piel al sentir su cálido aliento rozar mi sensible piel.

Cada clase era un torbellino de emociones, una danza peligrosa entre la razón y el deseo. Sabía que lo que sentía era prohibido, que cruzar esa línea sería un error que podría arruinarlo todo. Pero a veces, en la quietud de la noche, me permitía soñar despierta con la posibilidad de que nuestros mundos pudieran converger de alguna manera, aunque solo fuera en el silencio compartido de una mirada furtiva.

Mi amiga me miró con los ojos entrecerrados, como si pudiera leer mis pensamientos en cada gesto, en cada expresión que cruzaba por mi rostro. Traté de mantener una sonrisa forzada, pero en mi interior sentía cómo la angustia crecía, cómo la conciencia de lo prohibido se alzaba como una muralla impenetrable.

一Vamos, Serena, sé honesta conmigo一, insistió ella, apoyando su mano en mi brazo con complicidad. 一Sé que hay algo más. ¿Quién es este chico que te tiene tan distraída?一

Cerré los ojos por un instante, intentando calmar los latidos acelerados de mi corazón. ¿Debería confesarlo? ¿Debería abrirle la puerta a un mundo de secretos y emociones prohibidas?

一Es... es solo alguien con quien tengo clases de inglés一, balbuceé finalmente, evitando su mirada directa. 一Nada importante, de verdad.一

Ella asintió con una sonrisa comprensiva, pero algo en su expresión me decía que no me creía del todo. Respiré hondo, tratando de alejar los pensamientos turbios que amenazaban con consumirme por completo. Hoy, más que nunca, necesitaba enfocarme en la cena, en las risas y en cualquier cosa que pudiera apartarme de aquellos pensamientos intensos y peligrosos.

Durante toda la cena, por fin logré sacarme de la cabeza al profesor de prácticas. Sabía que no era correcto lo que estaba pensando, pero era como si esas fantasías se aferraran a mi mente con fuerza, como si se negaran a ser ignoradas. Desde que llegó a nuestras clases de inglés, su actitud hacia mí era confusa, como si estuviera dividido entre reprenderme y ayudarme. A menudo, me regañaba por todo, incluso cuando no había hecho nada malo. Algunos podrían decir que me tenía manía, pero al mismo tiempo era el primero en acercarse cuando necesitaba ayuda. Sí, admito que soy la que más atrasada va en la materia, pero su forma de actuar era tan contradictoria que me confundía.

One shoot (profesor de inglés)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora