Capítulo 10

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Hoy, se cumplían 3 semanas, desde mi último desliz, me había costado trabajo resistirme, tenía que reconocerlo, habían noches en las que flanqueada y tomaba el móvil para llamarlo, pero me obligaba a ver la fotografía que nos tomaron a Ethan y a mi en Disneyland para tomar valor y evitar llamar al extraño. Curiosamente Ethan, se había dado más tiempo para estar conmigo, cenabamos juntos tres veces a la semana y los domingos íbamos al cine. Me sentía culpable, porque el estaba teniendo ese comportamiento es porque había notado algo raro en mí.
Esa noche me encontraba viendo el televisor en mi habitación, era viernes y a pesar de que eran las ocho, ya estaba en pijama. Mi móvil sonó, lo tomé de la mesita de noche, el identificador señalaba “número restringido”, eso me llamó mucho la atención, pensé que podía ser un cliente de la agencia llamando de un Nextel, contesté. -Hola, buenas noches- dije de forma amable, me respondió el silencio, no se percibía ningún ruido -Hola,¿Hay alguien ahí?- la pregunta más tontamente que pude haber hecho, era evidente que alguien había marcado y debía sostener el teléfono al otro lado. Escuché un suspiro que me erizo hasta el último cabello, seguido del tono de fin de llamada.
Mi corazón se había disparado, quedé mirando el móvil fijamente como idiota, en espera a que volviera a sonar, pero nada. Me levante bastante inquieta de la cama, empecé a caminar como león enjaulado, ¿Sería posible que fuera él buscándome?,¿Me habría echado de menos?, ¿Significaba yo algo para él por mínimo que fuera? Habían pasado 15 minutos y yo seguía con el celular en la mano caminando, miré el televisor al que hacía rato no prestaba atención, había una pareja que se besaba intensamente en una teleserie, deje que la debilidad me ganará, nerviosa busqué su número y lo llamé, después del cuarto tono, escuche esa voz que me hacía perder la noción de todo.

-Hola- dijo sensualmente, alterando todo mi ser.

-¿Estás libre está noche?- pregunté com el alma en un hilo

-¿Lo estás tú?- preguntó confundiéndome

-¿Acaso es un reclamo?- respondí seria

-De ninguna manera, sabes que así no funciona

-¿Entonces, nos podemos ver?

-Sí, en una hora en el lugar de siempre- dijo después de unos segundos.

Colgué, me quité el pijama, me dirigí al armario, como hacia frío, tome unos jeans ajustados, una camisa un tanto holgada y una chaqueta de cuero, me recogí el pelo en una coleta, me maquillé ligeramente los ojos, en los labios me puse un labial granate, tome mi perfume y me coloque, tome mi bolso y salí.
Crucé el lobby, lo vi de pie al lado de los ascensores, vestía también unos vaqueros y chaqueta de cuero, le sonreí nerviosa, el me sonrió de vuelta, como era su costumbre, me ofreció su brazo, en cuanto lo tome, presione el botón del ascensor.

-Buenas noches- dijo con su hermosa voz aterciopelada

-Buenas noches- le respondí sintiendo como temblaba

Subimos y el ascensor se detuvo en el piso 2, subieron tal cantidad de personas que se lleno, yo estaba de pie frente a él, sentía su cuerpo tan pegado al mío, que olía su perfume, con él movimiento del ascensor y su cercanía, mi cuerpo comenzó a reaccionar. Él ladeo ligeramente la cabeza para exhalar justo en mi oreja, la excitación que sentía, aumentó, ¿Cómo se atreve a tentarme de esa manera?, es un ascensor lleno de gente y una cámara que graba todo. Finalmente bajamos en el piso 15, parecía que estaba empeñado en torturaron porque camino lentamente por el pasillo, con sus manos dentro de los bolsillos de su chaqueta, aunque de igual forma me ofreció su brazo, yo lo acariciaba suavemente mientras caminábamos.

-Permiteme unos minutos, necesito pasar primero al baño- señaló mientras deslizaba la tarjeta para que se abriera la puerta.

Yo asentí con la cabeza mordiendome el labio inferior, me quede parada en la mitad de la habitación, esperando. Pasaron 5 minutos y no salía, definitivamente me estaba torturando, decidí devolverle la jugada, en cuanto salió del baño, me dio una sonrisa traviesa que me encantaba, se acercó a mí, levantó sus manos para tomar mi rostro, pero yo tomé sus muñecas, impidiéndoselo, me miró confundido, lo besé con ansias, prácticamente devorándolo, cómo había extrañado su sabor, su lengua se frotaba con la mía con la misma desesperación que yo sentía, quiso escapar y yo rompí el beso.

-Esta noche será a mi manera- susurré en su oído sensualmente.

-¿Ah, sí?, ¿Y que tienes en mente?- preguntó mirándome fijamente a los ojos.

Le sonreí mientras lamia si cuello, cómo es más fuerte que yo, logró safarse de mi agarre, pero yo empuje sus brazos para que no me tocará tanto mientras mordisqueaba su cuello, le quité la chaqueta, el me ayudo, levantó los brazos para que pudiera quitarle la polera demasiado ajustada a su cuerpo, marcaba su cuerpo de una forma exquisita, le quité lentamente la polera mientras lamia y besaba su abdomen, intentó poner sus manos en mis hombros y de nuevo las quité, un jadeo escapó de su boca, sonreí mientras seguía lamiendo su abdomen hasta quitarle la polera por completo. Volví a sonreírle y lo guíe a la cama, lo empuje a ella, el soltó una risita mientras se mordía el labio, me hinque, le quité los zapatos y calcetines, subí mis manos hasta el su cinturón, lo desabroche, al igual que el pantalón, los quité al igual que sus bóxer, reí por lo bajo, tenían diseño de batman. Lami mis labios al ver su erección, en verdad lo ha ia echado de menos, lo tomé con una mano, guíe su miembro a mi boca, lamí toda su longitud antes de meterla y darle un oral, sus gemidos comenzaron a intensificarse, intentaba tomar mi cabello, tocarme, pero seguía impidiendolo, rendido, se acomodo en la cama, mientras mis labios viajaban por toda su erección hasta que sentí que estaba a punto de venirse. Me detuve, me acerque a sus labios y lo besé frenética, mientras mi mano subía y bajaba por su erección, hasta que se viniera en mi mano, segundos después.
Me separé un poco para mirarlo, mi nariz rozaba la suya, tenía una expresión de placer que me fascinaba, me sentía orgullosa de ser yo la responsable de esos gestos. Quiso besarme, pero no lo deje, me levante al baño a limpiarme y llevar toallas para limpiarlo a él. Mientras limpiaba su semen, me envolvió con sus brazos y me hizo rodar en la cama, tomó mis muñecas y extendió mis brazos a los lados de mi cabeza, intente librarme, pero no pude, el solo sonreía.

-Ahora es mi turno- susurró cerca de mi boca

-Pero…- me calló con un beso

-Fue tu idea jugar rudo esta vez- dijo cuando dejó de besarme- prohibido tocar o prolongaré más la tortura- sentenció mientras se hincaba a mi lado para quitar mi ropa.

TemptationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora