Capítulo 01 - Soy Bokuto Koutarou

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Ha pasado una semana desde que llegué al municipio de Merton, vine porque los chicos habían insistido, principalmente Kuroo-nee, quién parecía más interesado en venir a este dichoso lugar que el resto del grupo, todo porque dijo que la última vez que vino, pudo ver a un hermoso chico del cual se enamoro y esperaba tener la oportunidad de volver a verlo.

Aunque solía acompañarme a todos mis entrenamientos, solía pasar la mayor parte del tiempo fuera, tratando de encontrar al joven del que nos habló, Konoha y Washio lo seguían solo para ver como era rechazo por él, y aunque me hubiera encantado hacer lo mismo, decidí no hacerlo ya que en unos meses tendría una competencia y quería dedicarme a entrenar, ya que cada año se complican las cosas.

Al principio dude en venir, ya que solo pensar que estaría en la pista donde se creó una estrella, la cual, ahora yace muerta, el simple hecho de saber eso, me hacía estremecer.
Creí que todo sería en vano, pero el primer día, cuando cruce la línea amarilla que separa el piso del hielo, pude sentir una extraña adrenalina.

Adoraba patinar, creo que todo esto había empezado en mi segundo año de secundaria, aun recuerdo claramente los largos pasillos; todos parecían estar concentrados en las actividades del club, sin embargo, ahí estaba yo, en medio de aquella multitud que no paraba de moverse. Preguntándome repetidas veces, si el club que había escogido era lo que yo realmente quería experimentar en mi vida de adolescente, pero tampoco es como si la secundaria en la que asistía tuviera muchos clubes, y entre estar en el club de literatura a estar en el de teatro, prefería mil veces el segundo, ya que se me hacían curiosas las historias que solían interpretarse, además, ver a jóvenes actuar como adultos, era algo que me hacía sentir completamente interesado en ese club.

Afortunada o desafortunadamente, conoci a Kuroo en el mismo club, rápidamente conectamos y nos volvimos cercanos, hicimos tantas travesuras juntos, que solíamos visitar la oficina de la rectora al menos unos tres veces a la semana. Solía ponernos a limpiar los salones, los baños e incluso el patio de la escuela, pero no nos importa, mientras estuvieramos juntos, era más que suficiente.

Un día como cualquier otro, mientras limpiabamos nuestro salón de clase, deje caer una de las revistas que solían tomar las chicas para perder el tiempo cuando había horas libres, encontrando en aquellas hojas una hermosa ilustración. Kuroo también se intereso por ello, y fue así como empezó nuestra búsqueda, ya que nuestro objetivo, era ir a una pista de hielo.

Después de buscar como locos en todos los sitios de la Internet, finalmente encontramos una pista cerca de la ciudad, como no queríamos ser estafados, fuimos acompañados por un superior, a quien en el fondo siempre le estaremos agradecidos, ya que una vez que entramos al enorme edificio, nuestra vida dio un inesperado giro de 180 grados.

El lugar realmente brillaba, y la gente que se deslizaba sobre el hielo lucía completamente hermosa. Ambos nos emocionamos por ello, recuerdo que corrimos a buscar un par de patines, sintiéndonos afortunados al encontrar zapatos de nuestro número.

Pasamos alrededor de tres horas en el lugar, y desgraciadamente no habíamos podido deslizarnos con libertad como el resto de las personas en el lugar, nos sentimos completamente decepcionados, creímos que quizás no habíamos nacido para eso. Sin embargo, cuando aquella pantalla se encendió, aquellos absurdos pensamientos se esfumaron.

—Thomas, ¿hay algo que quieras decirle a los futuros patinadores? —preguntó el periodista al rubio, quién rápidamente mostró una sonrisa a la cámara

—No solo se lo diré a los futuros patinadores, ya que se con certeza, que en alguna parte del mundo, hay una persona que está luchando por hacer su sueño realidad —Thomas miro con cierta ternura hacia la cámara, su mirada era tan dulce —. Es por eso que quisiera decirles, que luchen por sus sueños y que no permitan que alguien les digan que no pueden hacerlos realidad —nuevamente sonrió —. Jóvenes, los únicos que pueden detenerlos, son ustedes mismos, pero vamos, nadie es tan tonto para rendirse a medio camino.

|| Listen to your heart || BokuAka [En Proceso] HAIKYUUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora