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En mundo del cómic, hay un cliché denominado «Women in Refrigerators (Mujeres en el refrigerador)», acuñado por Gail Simone a raíz de un cómic de Linterna Verde, en el que dicho héroe halla a su novia asesinada en un refrigerador.
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Dicho concepto ha servido para encapsular a todo evento trágico que involucra el deceso de una mujer con el mero propósito de darle un empujón a la trama, y así motivar al personaje masculino.
La razón por la que aludo a este concepto, es porque es, en teoría, la misma esencia, pero partiendo de cualquier familiar, siendo los padres muertos lo más explotado.
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Por lo general, estas muertes sirven para formar el carácter del personaje; que en su mayoría comparten la misma personalidad: fríos y calculadores.
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No sólo eso; estas muertes dan hincapié a la mala racha de los protagonistas que, en la mayoría de los casos, termina cuando conocen a la persona que los hará felices o le aliviarán económicamente.
A veces mueren otros personaje, que casi siempre son personajes que reemplazan a los padres ya fallecidos (tíos, abuelos, tutores amigos de los padres). Así que siguen siendo huérfanos de igual manera.
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Me parece un cliché bastante explotado y aburrido. Pero nadie se salva de él. A veces es necesario (incluso yo lo he utilizado en un par de ocasiones).
Pero el verdadero reto o la verdadera satisfacción es formar el carácter de un personaje a raíz de su caótica relación familiar. Mi conclusión es que es una forma sucia de ahorrarse la inclusión de otros personajes o ahorrarse el recorrido para conocer la psique del protagonista.
Si es huérfano, todos imaginamos a un Batman y tan tán.
