Capitulo 31

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—No puedo creer que sea tan descarada como para salir con su amante, luego de estar con mi familia hace menos de 3 horas —comenté en cuanto salimos del restaurante.

—Emma..

—No, es que no es por exagerar, pero tienes que estar muy podrida de mente como para hacer eso.

—Debe haber alguna explicación, solo cálmate —me miró por un momento antes de abrir la puerta del auto para mí

Killian cerró la puerta y vi cómo rodeaba el auto hasta llegar a su puerta.

—¿Crees poder buscarle una solución a eso? —me quejé en cuanto él subió al auto conmigo.

—No... Pero si te hace sentir más tranquila, puedes hablar con tu padre sobre ello —sugirió.

—Tienes razón, lo llamaré de inmediato —acepte buscando el celular.

—Hey, espera —colocó una de sus manos sobre mi celular, antes de encender el auto— No puedes solo llamarlo y soltar las cosas así.

—Pero..

—Princesa, sabes que lo destrozará si le dices las cosas así.

—No, claro que no lo haré, solo, le diré que he visto a Nina con otro hombre y... —tenia razón, no podía llamarlo solo así como así.

Odiaba cuando él tenía razón y no podía contradecirlo.

—A veces solo debes dejar que las cosas fluyan y nada influya —comentó tranquilo.

Guarde silencio, no había esperado nada de eso, por lo tanto, tampoco sabía cómo reaccionar.

De nuevo.

—Hagamos algo, ¿Sí? —killian rompió el silencio luego de unos minutos.

—¿Qué?

—Terminemos de disfrutar hoy y mañana veremos qué hacemos con Nina y tu padre, ¿Te parece? —preguntó, saliendo del estacionamiento.

No podía dejar que lo que sucediera a mi alrededor me sobrepasará por completo.

Había quedado con Killian para salir hoy y no me parecía justo que lo dejara de lado por un problema.

Así me daría un poco más de tiempo para hablar con mi padre y decirle lo que sucedía.

—Esta bien, hablaré después con él, así pienso mejor en cómo decirle —acepte.

—Perfecto, entonces ahora —se inclinó hacia la guantera y sacó algo de allí —Ponte esto —Me extendió una pequeña bolsa negra.

—¿Qué es? —Pregunté abriendo la bolsa.

Saque con cuidado una cinta doblada a la perfección, mire a Killian en busca de una explicación, pero este solo sonrió de lado, sin despegar su vista del camino.

—Pontela.

—¿Por?

—¿Confías en mí? —Preguntó, despegando su vista del camino.

—Sí, confío en tí —aseguré, estirando la cinta.

—No puedes abrir los ojos hasta que te diga ¿Ok?

—Como si eso fuera posible —dije, dando pequeños pasos, tratando de no tropezar— Tienes tus manos sobre la cinta en mis ojos, ni porque quiera intentarlo puedo abrirlos.

Escuché su risa cerca de mi oído y no pude evitar que mi corazón latiera por ello.

—Esa es la idea, no quiero que lo arruines.

Love Yourself, Emma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora