ley de atracción, duki & emilia.

diecisiete

La alarma del celular sonó haciendo que maldeciera para mis adentros, lo único que quería es dormir y desaparecer.
Apagué la alarma y me levanté, sin ganas me fui al baño y al mirarme al espejo me di cuenta que anoche ni siquiera me había quitado el maquillaje de la cara.

Después de pelear con Mauro, me fui a casa y le avisé a Nicki, al llegar lo primero que hice fue tirarme a la cama y dormir.

No tenía ganas de nada, Mauro ni siquiera quiere verme.

Rodé los ojos al escuchar como tocaban la puerta de mi habitación, abrí sin ganas y vi a Nicki con el desayuno en la mano.

─ Nicki: ¡Buenos días bella durmiente! Ya era hora de despertarse. ─ Se sentó en mi cama y hice lo mismo, mirándola con ganas de matarla.

─ Gracias, Nicki, pero no hacía falta, no tengo hambre. ─ Dije mientras miraba el desayuno.

─ Nicki: Bueno ─ Agarró un croissant del plato y le dió un mordisco. ─ El desayuno era solo una excusa, no es la razón por la que estoy acá. ¿Que pasó ayer?

Y de nuevo, Nicki siendo la sabelotodo de mi vida. Rodé los ojos cansada y miré un punto fijo.

─ No pasa nada, solo estaba cansada.

Nicki me miró con cara de que no me creía nada.

─ Nicki: A mi no me podes mentir Emilia, sé que pasó algo entre Mauro y vos, dale contame.

Suspiré y me pasé las manos por la cara cansada de la situación, no quería hablar del tema pero no me quedaba otra.

─ Fernando estaba ayer en la fiesta...

─ Nicki: ¡Lo sabia! Sabia que era por eso, ayer Mauro le pegó una piña y los tuvieron que separara, yo ya suponía algo. ─ Abrí los ojos sorprendida, ¿Que Mauro qué?

─ Pasa que cuando fui a por mas bebida a la barra estaba él ahí, y empezó a hablarme.

Nicki me miraba atenta mientras se comía MI desayuno sin descaro.

─ En un momento de esos... ─ Me daba hasta vergüenza decirlo. ─ Me besó.

Nicki casi se atraganta con el café, me miró con los ojos abiertos y abrió la boca.

─ Nicki: Ah no para, yo lo mato, ¿Cómo se atreve? ─ Asentí bajando la mirada, ya sentía como mis ojos se llenaban de lágrimas.

─ Y Mauro vió eso, Nicki... ─ Nicki entendió todo y simplemente se quedó callada.

Intenté no llorar mientras Nicki me decia algo.

─ Nicki: Pero, vos no le correspondiste ¿Cierto? ─ Noté su tono de preocupación.

─ Claro que no, al instante me separé de él y le dije a Fernando que yo estaba con Mauro y que lo nuestro ya era pasado.

Ví la cara de alivio de Nicki y casi que me dió risa. Me quedé en silencio por unos segundos.