capítulo 2

4 1 0
                                    

El rugido de los motores llenaba la cabina del avión mientras Mike contemplaba las nubes desde su ventanilla. El viaje desde Londres hasta Peaking había sido una mezcla de emoción y anticipación. Las horas se habían deslizado como hojas en un río, y ahora, al descender hacia la pista de aterrizaje, el corazón de Mike latía con fuerza.

El aeropuerto de Peaking era modesto, rodeado de montañas majestuosas. Al bajar del avión, el aire fresco y limpio le llenó los pulmones. El sol brillaba con una intensidad que parecía imposible en la ciudad gris de Londres. Mike quitó la corbata y aflojó el cuello de la camisa. Estaba lejos de las reuniones de la junta directiva y los informes financieros. Aquí, en Peaking, todo era diferente.

Los pueblerinos lo recibieron con sonrisas y miradas curiosas. Sus ropas eran sencillas pero. coloridas, y sus ojos reflejaban una sabiduría ancestral. Mike se sentía como un intruso en su mundo, pero también como un estudiante ansioso por aprender. Se comunicaban en un dialecto que él apenas entendía, pero la amabilidad trascendía las palabras.

Los habitantes de Peaking vivían en armonía con la naturaleza. Las casas de madera se aferraban a las laderas de las montañas, y los campos de cultivo se extendían en terrazas. Mike observó cómo tejían cestas, cuidaban a los animales y compartían risas alrededor de fogatas. No había prisa, solo la cadencia tranquila de la vida cotidiana.

Su viaje al hotel fue una aventura en sí misma. El camino serpenteaba entre bosques de pinos y arroyos cristalinos. El conductor, un hombre de arrugas profundas y ojos risueños, señalaba las montañas con reverencia.—Peaking es un lugar sagrado— dijo.— Aquí, la tierra y el espíritu se entrelazan.

El hotel era modesto pero acogedor. Las habitaciones tenían vistas panorámicas de los picos nevados. Mike se instaló junto a la ventana y contempló el atardecer. Las estrellas comenzaron a parpadear en el cielo, y el silencio era tan profundo que podía escuchar el latido de su propio corazón.

Mañana comenzaría su trabajo. Mike se preguntaba qué secretos revelaría Peaking. ¿Qué historias ocultaban las montañas? ¿Qué lecciones aprendería de los pueblerinos? Se acostó con esas preguntas girando en su mente, sintiendo la energía de este lugar remoto.

Entre todo lo que somos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora