La cena transcurrió en un torbellino de emociones. Mike y yo compartíamos la mesa, pero nuestras palabras eran solo una excusa para mantenernos cerca. Mi padre, ajeno a la tensión entre nosotros, seguía hablando sobre los negocios del pueblo y las últimas noticias.Cada vez que Mike se dirigía a mí, sentía un cosquilleo en el estómago. Sus ojos oscuros me atrapaban, y yo me perdía en ellos. ¿Quién era este hombre? ¿Por qué me afectaba de esta manera?
Kaya, ¿alguna vez has viajado?— preguntó Mike, su voz suave como el susurro del viento.
Negué con la cabeza, incapaz de apartar la vista de él.—No, nunca he salido de Peaking, este bosque es mi mundo.
Él sonrió, y su mirada se volvió más intensa.—Los viajes nos cambian— dijo—Nos llevan a lugares inesperados y nos muestran quiénes somos realmente.
Mi padre seguía hablando, pero yo apenas lo escuchaba. Solo tenía ojos para Mike. ¿Qué secretos ocultaba?
La cena llegó a su fin, y mi padre se levantó para despedir a nuestro invitado. Mike se puso de pie, y nuestros dedos se rozaron al estrecharnos la mano. Un escalofrío recorrió mi espalda.
Ha sido un placer conocerte, Kaya—dijo Mike, su mirada penetrante.—Espero que podamos hablar más pronto.
Asentí, sin palabras. Mi mente estaba llena de preguntas, pero no sabía por dónde empezar. ¿Por qué me afectaba tanto?.
Cuando Mike se alejó, mi padre me miró con curiosidad.—¿Qué opinas de nuestro invitado?— preguntó.
No pude evitar sonreír. —Es… intrigante —respondí. —Como si llevara secretos en su mirada.
Mi padre asintió. —A veces, los secretos son los que nos cambian para siempre.
Y así, mientras las estrellas brillaban en el cielo nocturno, supe que mi vida había dado un giro inesperado. Mike era un enigma, y yo estaba dispuesta a descubrirlo.
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Entre todo lo que somos
RomanceMike tendrá un viaje que cambiará su forma de pensar y pondra en juego su autocontrol.