CAPITULO UNO

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El Fantasma de la Red

El zumbido constante del despertador me arranca del sueño. Son las cinco y media de la mañana. El sol aún no ha salido completamente, pero la rutina me empuja fuera de la cama. Me detengo unos segundos junto a la ventana, contemplando la calma que pronto se verá interrumpida. Washington D.C. despierta lentamente, ajena a lo que sé que se avecina. En mi pecho, una sensación difícil de ignorar: esa premonición que todos en la UAC hemos aprendido a identificar.

El café ya está listo cuando bajo las escaleras. Will, como siempre, se ocupa del desayuno, y los sonidos suaves de nuestros hijos aún dormidos llenan la casa con una calidez que en ocasiones me cuesta asimilar. En este momento, todo está en su lugar, pero esa paz nunca dura mucho.

El teléfono vibra sobre la encimera. Es Hotch.

"Reunión urgente. Nuevo caso. Nos vemos en la oficina."

El tono seco y preciso de su mensaje solo puede significar una cosa: esto no es un caso cualquiera. Miro el reloj y me apresuro a besar a Will y despedirme rápidamente de mis hijos antes de salir. Me envuelve la sensación de que hoy es el comienzo de algo que cambiará muchas cosas.

La oficina está más silenciosa de lo habitual cuando llego. Solo el clic de los teclados y los murmullos apagados de los primeros en llegar se escuchan en la distancia. Penelope Garcia está ya en su estación, pero noto algo distinto en su rostro. Parece ansiosa, más nerviosa de lo normal. Su vibrante energía hoy se siente contenida, como si algo pesara en el ambiente.

Hotch y el resto del equipo están en la sala de reuniones. Cuando entro, las miradas de Spencer Reid, Derek Morgan, David Rossi y Emily Prenttis ya están fijas en la pantalla. Hotch se coloca al frente, como siempre, y comienza la presentación.

—El caso de hoy es diferente a los que hemos tenido en las últimas semanas,—comienza, su voz firme y directa. —No estamos lidiando con un asesino en serie en esta ocasión. Esta vez es un tipo de criminal al que no solemos enfrentar, pero que representa una amenaza igual o incluso mayor.

En la pantalla aparece el símbolo de un rostro pixelado y sin rasgos definidos. Solo un nombre en negritas: Demon.

—Esta hacker ha estado infiltrándose en sistemas críticos del gobierno y de empresas privadas. Ningún firewall o protocolo de seguridad ha logrado detenerla. Ha robado información clasificada y dejado mensajes que ridiculizan a las agencias que intentan atraparla. Y lo más preocupante es que hasta ahora, nadie ha podido siquiera acercarse a identificarla.

Garcia se aclara la garganta, y cuando la miro, veo algo extraño en su expresión. No es miedo exactamente, pero sí respeto, incluso admiración.

—El nombre que utiliza, Demon, se ha convertido en leyenda en la comunidad de hackers,—dice Penelope, su voz inusualmente grave. —Es la mejor del mundo. Y para alguien como yo, es... una inspiración. Pero también es peligrosa. Ha expuesto redes enteras de tráfico humano, desmantelado operaciones ilegales, pero también ha causado caos. Para ella, las reglas no existen.

—¿Sabemos algo sobre su identidad?— pregunto, sintiendo cómo la tensión en la sala crece. —¿Una descripción, algo que podamos usar?

Hotch niega con la cabeza. —Sabemos que es una mujer, pero más allá de eso, no tenemos nada sólido. Lo que tenemos son los rastros digitales que deja, pero son imposibles de seguir. Es como si supiera cada movimiento que hacemos antes de que lo hagamos.

La sala se sumerge en un incómodo silencio. Todos sabemos lo que eso significa. Esta vez, no estamos luchando en terreno conocido. Demon no es como los criminales que cazamos habitualmente.

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⏰ Última actualización: Oct 23 ⏰

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Deadly Poison -Jenifer Jareau-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora