Ella no es un monstruo, ella solo está asustada (Shinokana) (Shinomitsu)

Capítulo 1 - Fragilidad

La felicidad es siempre tan frágil y la mía se quebró como cristal

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Los rugidos resonaban por todo el lugar, vio cómo los arpones se clavaban en lo profundo de la entrañas de su hermana, quería ayudar pero simplemente era tan inútil en esa situación, la gente gritaba y tiraba piedras mientras se degustaba con su dolor, ¿Como había llegado a esto? ¿Como había llegado a tal punto? Quiso seguir preguntándose estas cosas, pero el desgarrador sonido que había emitido su hermana simplemente le había desgarrado el alma, allí estaba ella con sus penosos ojos mirándola quería que la salvara, lo veía en sus ojos, pero con su manos y pies encadenados era obvio que destinó sufrirían.

-Ves Kanae, incluso tu "pequeña hermana" es una de esas bestias, pero me pregunto cuantas flechas se necesitarán para sacar a relucir su verdadera naturaleza-

-Te invito a observar, mira como la bestia que protegías, no se vuelve más que un animal sediento de sangre-

Siendo así obligó a Kanae a ver a Shinobu una vez más, en sus ojos había miedo, reconocía ese temor, era el mismo que se posaba en sus ojos el día en que todo comenzó.

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Su familia era feliz a pesar de todo lo era, ella había crecido al cuidado de unos padre amorosos y cariñosos, siempre fue así incluso cuando su segunda hija nació siendo un híbrido.

Shinobu había nacido siendo una niña sana y muy linda y a pesar de que la gente decía que era mejor matarla antes de que se volviera una devora hombres, sus padres nunca consideraron esa opción y ella tampoco pues Shinobu era su querida hermana y la amaba, no le importaba el hecho de que la considerarán una bestia, no le importaba la cola de reptil que sobresalía de su ropa, simplemente no le importaba porque nada nunca iba a cambiar el hecho de que eran hermanas.

Los días pasaban y de su infancia no podía recalcar nada simplemente pasaban los días corriendo y saltando por los bosques y solo llegaban a casa cundo estaban muy cansadas o cubiertas de lodo de pies a cabeza, lo que pasará primero.

Pero un día eso cambió, ellas habían salido al bosque sin preocupación alguna sin darse cuenta de que una bestia acechaba su hogar...

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Kanae y Shinobu estaban de regreso a su hogar cuando de repente la pequeña hibrida paró en seco y se escondió atrás de su hermana.

-Shinobu estás bien estás cansada, podemos parar si quieres- Kanae como siempre hablaba con dulzura pero Shinobu por primera vez se quedó callada, sus garras que a pesar de estar cortadas limadas se clavaban fuertemente en las prendas de la mayor tan solo demostrando su miedo.

-Shinobu está bien no pasa nada ya casi llegamos a casa y te cantaré una canción para que te tranquilices- pero el silencio se hizo presente otra vez, pero ahora la reacción de Shinobu fue más fuerte pues intentó retener a su hermana para que dejara de moverse lamentablemente no lo logró.

Fue entonces que Kanae vio aquellos a lo que la pequeña temía y el olor a sangre se hizo presente.

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-Dientes de sable - un híbrido, había un híbrido enorme descansando en el umbral de su hogar pero eso no fue lo peor, lo peor fue ver los cuerpos de lo que alguna vez fueron sus padres destrozados y embarrados en todas partes.