Desde el inicio de la humanidad, los seres humanos han estado bajo el cuidado de unos seres extraordinarios que viven en una dimensión diferente, llamada "Cielo".
Este reino tan hermoso, está custodiado por murallas doradas y poderosos arcángeles guerreros que tienen órdenes de proteger el lugar.
Sus habitantes viven tranquilos y sin preocupaciones en su hogar.
El lugar se divide en jerarquías espirituales; los ángeles, protectores de los seres humanos están hasta abajo.
Los arcángeles, guardianes y guerreros que defienden el Cielo en el campo de batalla.
Potestades, encargados de resguardar la Bóveda Celestial y sus tesoros.
Serafines, hermosos ángeles que con sus voces cantan bellas canciones en la corte Celestial.
Tronos, guerreros veteranos que se encargan de dar las noticias a Dios.
Querubines, los máximos ángeles de la jerarquía, encargados de estar al lado de Dios y ser su mano derecha en todo.Este equilibrio cósmico ha estado desde antes de la creación, sin embargo un Ángel, un serafín ambicioso corrompió está paz. Una batalla entre el bien y el mal que sigue hasta nuestros días.
Este ángel rebelde, se coronaria como el rey del infierno y los demonios.
Su nombre, era Lucifer, el ángel más bello que jamás existió, pero era tan bello como malvado, su hermano mayor, Miguel, fue el encargado de desterrarlo a los confines del infierno.— ¡Esa es una historia maravillosa abuela! —. Dijo Mary mientras su abuela cerraba aquel libro de terciopelo rojo y letras doradas.
— Es la historia de nuestro pasado cariño —. Respondió la anciana de manera suave mientras arropaba a su nieta en aquella cama blanca y suave.
— Abuelita, ¿Crees que yo también pueda convertirme en un ángel poderoso? —. Pregunta la pequeña con brillo en sus ojos.
La mujer mayor la mira y suspira.— Quizá si trabajas duro y constante, puede que consigas ese puesto mi niña —. Le dio un beso en la frente y salió de la habitación, la mujer fue a la cocina y se preparó un café mientras miraba la ventana de su hogar, afuera había mal clima, pues su Señor se había enfadado con los humanos, habían más Arcángeles en el cielo de lo normal, cosa que angustiaba a la anciana.
Generalmente los Arcángeles son respetados por los demás, sin embargo, cuando había muchos, era señal de que algo no iba bien.Y la mujer tenía razón, algo había mal, los arcángeles habían recibido una alerta de que había demonios rondando los bosques del Edén.
El Coronel del pelotón de arcángeles, Miguel, se encontraba a las afueras de las murallas doradas, vigilando que ningún demonio entrará a la frontera del Cielo.
— Miguel, veo que nuevamente estás al mando está vez. — Dijo una voz suave a las espaldas del arcángel mayor.
— Raphael, yo siempre estoy al mando. — Respondió con severidad, este hombre era serio y carente de alegría, no le gustaba jugar ni platicar con sus compañeros. Era el mayor de todos los arcángeles y se tomaba su puesto demasiado enserio.
— Escucha, se que tienes un deber que cumplir, pero quizá de vez en cuando deberías salir a tomar algo con nosotros.— Aquel arcángel era apacible y relajado, a pesar de que era un maravilloso guerrero en el campo de batalla, sabía cuándo relajarse y tener tiempo para él mismo y para compartir con sus compañeros.
— Mira Raphael, no estoy de humor para tus tontos chistes, tú como siempre buscando una excusa para no cumplir tu deber.— Se dirigió al joven arcángel con una mirada de enfado y cansancio.
El arcángel menor, suspiro con pesadez y mejor emprendió vuelo, dejando solo a Miguel en su posición. El mayor siguió en su puesto vigilando atentamente el bosque frente a él.
Un par de demonios merodeadores, habían salido de los confines del infierno, buscando algo de diversión salvaje. Eran jóvenes demonios que no sabían que había un acuerdo con Lucifer.
Al llegar a la frontera del bosque del Edén, al observar aquellas murallas doradas frente a ellos, estallaron de alegría, pues habían encontrado una forma de divertirse.
Se acercaron a los muros, dorados y lisos y con sus uñas negras y largas comenzaron a realizar dibujos obscenos y a escribir palabras oscuras. Estaban demasiado ocupados haciendo aquella maldad que no se percataron del arcángel detrás de ellos.
— Creo que no saben que están cometiendo un delito, ¿Cierto? —. Era una arcángel, con cabello negro azulado, ojos púrpuras y estaba sosteniendo una espada dorada y les apuntaba hacia la espalda.
Ambos demonios se quedaron congelados al oír aquella voz amenazante y al sentir la presencia celestial.
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𝑨𝑳 𝑩𝑶𝑹𝑫𝑬 𝑫𝑬𝑳 𝑪𝑰𝑬𝑳𝑶
FantasyUna poderosa copa, propiedad del Arcángel Raziel, ha sido robada de la bóveda Celestial y un grupo de valientes ángeles se enfrentarán al Infierno con tal de salvar su hogar y a la tierra. ¿Podrán recuperar la Copa antes de que llegué a las manos eq...