Capítulo 1: Hola Al Agujero Negro

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Llegamos. Mojado, lluvioso, frío, lodo, no. Es. Mi. Hogar. Irlanda.

Me había puesto mis jeans preferidos, mis vans negras, una blusa de manga larga blanca, mi gorro de lana de rayas blancas y negras, una chamarra negra y encime de mi gorro de lana, la capucha de la chamarra.

Nisiquiera era Dublín, era un pequeño pueblo cerca de Dublín el cual no estaba pavimentado, había lodo por todas partes y era asqueroso.

Bajé de la camioneta y tomé la jaula de Elvis, lo cubri para que no le diera frío. Era el hamster mas bello del planeta o eso me parecía a mi.
Nuestro equipaje ya estaba acomodado en nuestra nueva casa, nos habiamos estado quedando en un hotel en Budapest antes de que tuvieran lista la casa. Tomé mi mochila con mi ropa que había usado los últimos días en Budapest.

Mamá y papá estaban muy emocionados con la casa pero la verdad era que se trataba de una casa ordinaria. Blanca de dos pisos, 2 ventanas en la planta baja y 3 en la planta alta, tenía un tejado color gris y el jardín frontal constaba de césped verde limón con un camino de entrada de losetas color café claro.

Había un enorme árbol y unos cuantos arbustos junto a la cerca de madera de color blanco. El buzón estaba abierto y todo estaba cubierto de rocío y hacía un frío de muerte.

Miré a los alrededores, estabamos enmedio de dos casas iguales a la mía con la diferencia de que una era color gris y tenía una cancha de basketball en el frente.

-Vamos Elvis, entremos al agujero negro. -Era yo la única que faltaba de entrar a la casa.

Me hubiera rehusado si no estuviera haciendo tanto frío. Entré en aquel horroroso lugar que estaba a una temperatura genial.

No había un vestíbulo, ¿dónde demonios estaba? La escalera era lo que quedaba frente a mi, a mi lado izquierdo, la sala y a mi lado derecho, la cocina y el comedor. Junto a la escalera había una puerta que supuse era el baño.

-¿Mamá? -llamé

-Estamos arriba, Quinn. Ven a ver tu habitación, quedó preciosa -respondió ella.

Suspiré y subí hacia mi habitación.
Bueno, arriba era espacioso, había una pequeña sala de estar, a mi izquierda había una puerta con mi insignia de color negro en la puerta, constaba de una Q de madera tallada y pintada, por lo que supe que esa era mi habitación.

Abrí la puerta y observé mi entorno, era mas grande que mi habitación en Budapest, la alfombra era de pelo largo color gris oscuro, mi cama de hierro forjado de color negro se encontraba al fondo con su típico edredón gris oscuro, había un tapete negro junto a mi cama y las cortinas eran de velo negro y blanco.

Mis mochilas y mariconera a estaña colgadas en una puerta, al abrirla me di cuenta que tenía mi propio baño. Bueno...Irlanda no estaba resultando taaaaaaan mal.

Cerré la puerta de mi habitación para tener privacidad. Puse la jaula de Elvis sobre la cómoda y me senté en la silla frente a mi escritorio, encendí mi MacBook dispuesta a hacer una llamada de Skype a Lisa.

Una vez que vi que estaba en línea la llamé, tardó un par de segundos en contestar. En la pantalla se veía a mi mejor amiga con su cabello castaño y lacio sujeto en un moño despeinado, sus ojos verdes estaban muy abiertos y agitó su mano efusivamente.

-¡Hola perra! -saludé a mi amiga.

-Hola maldita, ¿que tal Irlanda?

-¡Horrible! Enserio es horrible, Lisa. El frío es asfixiante y todo esta mojado y lodoso, detesto este lugar -dije golpeando levemente el escritorio.

Enamorando A DeclanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora