—Igual no me importa. O sea que salga con las chicas que quiera— Dijo Ariana con evidente molestia, por más que intentaba fingir indiferencia por su relación fallida de la semana.
Estábamos sentados en una de las mesas del patio, Alexandra recostada en mi hombro con nuestros amigos disfrutando lo que restaba del receso. Aunque no estaba prestando mucha atención a lo que sea que decían. Es irónico pues antes la soledad me ahorcaba cada noche, y ahora me desconecto de la constante fiesta que es mi vida. Siempre con buena cara, por supuesto.
Sólo estaba pensando en llegar a casa de una vez para probar el pañal que me quedaba, casi no podía pensar en otra cosa más que en la dulce sensación que me había provocado la semana pasada, era como escapar de la realidad, justo lo que más necesitaba.En estos días había estado aprendiendo mucho sobre el ABDL en internet. Resulta que en las redes había todo un universo de bebés grandes, y las estrellas me habían hecho un camino hacía él. Me había hecho algunas cuentas en blanco para echarle un ojo a todo eso, no vaya a ser que se me escape un like y quede como un marginado para siempre. Claro que nunca interactuaba con nadie ni nada, no quería que este extraño gusto se extendiera más de lo que debería. Mi vida ya estaba lo suficientemente jodida como para hacerme otra secreta. Aunque admito que me gustaría tener a otro ABDL conmigo, desearía que alguien me quisiera por todo lo que realmente soy.
—¿Alonso?— Alexandra llamó mi nombre, devolviéndome al mundo real. Respondí con una interjección de confusión.
—¿Vas a ir no?— Preguntó Adrián. Todo el grupo tenía los ojos puestos en mí, pero ni siquiera sabía que irían a algún lado —Al cine— Respondió Adrián a mi silencio —Lo acordamos en el grupo, ¿No lo viste?—La verdad no tuve tiempo de abrir ningún chat, estaba algo ocupado descubriendo la parte más oscura de mi ser. A veces le respondía a Alexandra de forma vaga para que no se sintiera mal, pero fuera de eso estaba totalmente desactualizado de mi alrededor.
—Um, la verdad he estado muy cansado estos días, perdón— Dije con falso exhausto, no necesitaba que nadie me molestara ahora mismo. Cada segundo era una cuerda floja y si alguien la movía si quiera un poco me caería, tenía que callarme y fingir que mi malestar no salía de los parámetros —las clases y eso...da igual—
—¡Ay, ni me hagas hablar!. El colegio es lo peor— la respuesta de Paloma me alivió bastante, si ella se lo creyó quizá el resto hizo lo mismo. También podría ser que simplemente no quería escucharme. —pero ven pues, o sea así te diviertes, iremos como a las cinco, ¿Si?—
Todas las miradas fueron puestas sobre mí como si fueran armas a punto de dispararme. No es que no me gustara salir con mis amigos, digo, ¿Por qué no me gustaría divertirme?. Pero preferiría mil veces estar en casa yo solo usando un pañal y viendo caricaturas que tener que fingir que estoy lleno de energía por tomar una Redbull.
—No creo, tengo que ayudar a mi madre con unas cosas— Dije con falsa angustia, esperando que no insistieran más. Hubo un poco de decepción en el ambiente, pero no me importaba mucho, sabía que en el fondo ninguno iba a extrañarme de todos modos.
—Qué mal que no vengas. Pero después te contamos la peli, si quieres— Me respondió Adrián con una leve sonrisa —Oigan, no me quedó claro cuál vamos a ver— y afortunadamente cambió de tema haciendo que mi voz se perdiera entre la de todos ellos.
Suspiré internamente con alivio, tenía un problema menos, ya tenía toda la tarde planeada y nada iba a arruinarlo. Lentamente me adentraba a mi cada vez más frecuente estado de disociación hasta que Ale tomó mi mano por sorpresa.—Alonso acompáñame a comprar— Me pidió sin esperar una respuesta. Yo tenía poca voluntad cuando se trataba de ella, así que solo me dejé llevar por el camino hasta el otro lado del patio sosteniendo sus suaves y pequeñas manos.

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Principito (ABDL)
SpirituellesAlonso, el chico que cualquiera querría ser, con los amigos perfectos, la novia perfecta y el rostro perfecto. ¿Por qué tendría algo por lo que llorar?