Me levanté y di mi vuelta matutina por las calles de Brooklyn. Siempre que mi sueño era interrumpido por una predicción necesitaba ir y despejar mi mente y ordenar mis pensamientos. La luz del amanecer empezaba a dejar ver la calle vacía cuando llegué a casa.
Abrí el portal, cogí la botella de leche en la puerta, y entré a hacer el desayuno. Todos los días eran prácticamente iguales, predecía algo, iba a caminar, hacía el desayuno para mi y la abuela, salía por la puerta de casa, los niños de los Avery me hacen la broma de tirarme un globo con agua y harina o algo parecido que acababa siendo resultado fallido, mi mejor amigo Mark llega con mi skate "nuevo" contemplando con gracia la escena de la broma de los niños, y nos encaminamos juntos a aquel psiquiátrico... perdón, quería decir instituto con grado superior en el que invaden las hormonas alborotadas, las clases aburridas y el bullying a gran escala.
- ¿Qué?- Mark me miró con cierto desdén y una pequeña sonrisa en su boca- ¿Va a haber algo diferente hoy, o va ser lo mismo de siempre?- me dio un pequeño codazo para animar- Huir a la azotea es siempre buena opción cuando te da la mala en clase del Sr. Evans - terminó diciendo con cierta gracia.
- Ha-ha - reí con ironía-, es que la clase de literatura es tan divertida con ese señor...- le vi mientras guardaba sus cosas en la taquilla.
El pasillo estaba bastante tranquilo, pero como no, sólo hacía falta decirlo como para que algo pase.
- Muy tranquilo está esto, ¿no?-Mark contemplaba con curiosidad el pasillo medio vacío.
- No hace falta ser adivino para que ahora veas tu reloj y te des cuenta de que hemos llegado temprano, señorito Wang- señalé al gran reloj del pasillo- aunque...
- Suena irónico cuando lo dices tu- me sonrió-. Anda - se fijó en un murmullo de gente que se acercaba a paso ligero dese el fondo del pasillo a lo lejos-, ¿ese no es Jackson?,¿ y perseguido por un montón de chicas de primero?
Al fondo contemplé como un chico de tez algo morena, delgado de metro ochenta y algo, con pelo castaño oscuro corto que iba en el skate de Mark avanzando por el pasillo huyendo de un montón de niñas de trece a quince años que le perseguían como unas fans locas.
- ¿No le vas a salvar?- preguntó Mark señalando lo entre carcajadas.
- ¿Por qué tendría que hacerlo? Tiene casi diecinueve años, se puede defender él solito...- vacilé, luego le miré.
- Es que lleva mi skate, no por nada más- me sonrió ampliamente.
- Primera prioridad: tu skate; segunda prioridad: tu skate; -señalé- vigésima prioridad: tu skate...
- Bueno mujer, tampoco te pases- sugirió clemencia para nuestro gran amigo.
- Era una broma...- vi como el pobre tropezó intentando llegar a nosotros y se recuperó empezando a correr como en los cincuenta metros.
Jackson llegó a nuestra par, agarró el skate en la mano y se lo dio a Mark. Luego me agarró ami de los hombros y me rogó:
- ¡Lex!-tragó saliva asustado- Por favor..- respiraba agitado- ¡¡Dime como salgo de esta!!-suplicó casi llorando.
- ¿Seguro que se os es bueno rogar ante la realeza de ese modo?- dije con aires de superioridad.
- Venga ya..- dijo Mark entre risas mirando al fondo del pasillo como las chicas nos observaban.