14 años

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Seokmin seguía siendo un zorro travieso y juguetón.

Wonwoo seguía siendo un gato astuto, juguetón y revoltoso.

A pesar de que los dos ya debían de haber madurado un poquito, seguían jugando como unos niños.

Era algo que a todo el mundo enternecia.

Pero los metía mucho en problemas.

Encima de los árboles de la calle, casi en la copa, los dos chicos correteaban persiguiendose el uno al otro.

A veces ganaba Seokmin, otras Wonwoo.

Los dos eran buenos.

Pero, a veces, también muy torpes.

Wonwoo resbaló por uno de los saltos y Seokmin estaban demasiado lejos para poder ayudarlo.

El menor estuvo apunto de hacer acopio a sus habilidades como un gato pero antes de llegar al suelo unos fuertes brazos rodearon su esbelta figura.

Un olor a Alfa se extendió por todo su cuerpo e inconscientemente se sonrojo.

Abrió los ojos y se encontró con aquel chico.

El perro que había conocido a los ocho años y que varias veces veía por los pasillos de la escuela.

Hasta que un día dejó de verlo porque el mayor había cambiado de recito debido a su edad.

El pequeño gatito se había quedado de piedra, paralizado por la sorpresa y no pudo articular ni una sola palabra.

—¿Estás bien, gatito? —El perro sonrió, dejando más estático al pobre Wonwoo.

¿Qué era aquella sensación de cosquilleo?

¿Quién era ese chico que lo dejaba mudo?

¿Por qué su corazón latía con tanta fuerza y sus mejillas y orejas aumentaban su color rojo con cada segundo que pasaba?

—Oyeeee, ¿estás bien? —El perro soltó una risita y dejó, con suavidad, al gato en el suelo. —¿Te he ayudado? —El mayor apartó el mechón de pelo que tapaba la cara de Wonwoo y su sonrisa aumentó. —Lindo, lindo, gatito.

El menor hizo un puchero con los labios haciendo reír al perro.

—Estoy bien... gracias. —Murmuró Wonwoo esbozando una casi imperceptible sonrisa.

—Me alegro, Jeon Wonwoo.

Antes que Wonwoo siquiera pudiera preguntar cómo es que ese chico sabía su nombre, el perro le guiñó un ojo y se marchó corriendo.

El gato se quedó mirándolo a lo lejos soltando un suspiro.

—Valla valla, Wonu.

Una risita burlona de Seokmin provocó de nuevo el sonrojo en Wonwoo.

—No es lo que piensas.

—Tu olor se ha intensificado. No puedes engañarme.

—Cállate, yo...

—¿Sigues con nuestra promesa de hace dos años?

Wonwoo no dijo nada, avergonzado.

—Wonwoo, estás enamorado. Y no es de mi.

—No... ¡Yo...!

—Wonu... estoy enamorado. Y no es de ti.

Seokmin y Wonwoo eran almas gemelas.

Estaban enamorados.

Pero no el uno del otro.

Dog and Cat ♡ MinWonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora