Dog and Cat ♡ MinWon

18 años

Los chicos más populares.

La definición perfecta de los infantiles Wonwoo y Seokmin.

Habían madurado considerablemente y su cuerpo había crecido.

Los dos captaban la atención de cualquier Alfa cercano. Nadie podía evitarlo.

Pero ellos no se interesaban por ningún animal, ninguno.

Quizá porque ellos ya sentían que había alguien que los había conquistado.
Aunque eso solo lo sabían ellos.

Wonwoo echaba de menos al perro.

Seokmin no sabía a quién echaba de menos.

El menor no había vuelto a ver a aquel radiante animal desde hacía cuatro años.

No sabía cómo se llamaba, no sabía dónde estudiaba, no sabía dónde vivía.
Desconocía todo de él.

Pero su cuerpo le gritaba que era el indicado.

La marca que debía llevar.

El Alfa que debía tener su corazón.

Su pareja, era él.

Todavía podía sentir aquel olor dominante invdir su cuerpo, embriagándose en esa sensación tan placentera.

Varias veces intentaba encontrar ese olor pero no conseguía resultado alguno.

Era inútil. Su "Alfa" se había desvaneciendo.

O eso creía.

Hasta que lo vio bailando en la fiesta de cumpleaños del conejo Jeonghan.

Estaba incluso más hermoso que antes.

El pelo rojo brillante resaltaba en el ambiente con poca iluminación. Al igual que sus ojos.

Su figura ahora parecía más pequeña que la suya pero el olor y la fuerza de su mirada denotaba todo lo contrario.

Se notaba esa fuerza de Alfa.

En un momento conectaron sus miradas y aquella sonrisa en el perro se fué, atemorizando al pequeño gato.

Sus ojos se oscurecieron y Wonwoo se sintió de nuevo paralizado, justo como cuatro años atrás.

Apartó la mirada e intento salir de allí con el corazón en un puño y el sudor recorriendo su frente pero Seokmin se lo impidió.

—Wonwoo, si huyes... esto será el final. No te acobardes.

Aunque el zorro tenía razón Wonwoo tenía ganas de llorar por alguna razón que no podía explicar.

Sus sentimientos se desbordaban y no podía controlarlos de ninguna manera.

Caminó hacia afuera y comenzó a correr  a pesar de que llovía a cántaros.

Su respiración se aceleraba, al igual que sus pasos, y sentía como sus orejas y cola caían por el peso del agua.

—Jeon Wonwoo.

Esa voz lo detuvo en seco y se giró, encontrando a aquel chico parado a pocos centímetros de él.

—Jeon Wonwoo, no huyas de mí, por favor. Déjame... explicarte.

—Explicar... ¿Qué?

—Wonwoo... ¿Podemos ser amigos?

—¿A-a qué viene eso ahora?

—Wonwoo... no puedo explicarte esto ahora pero... en el primer momento en que nos vimos sentí que... debíamos conocernos.
Durante estos años te he observado en el silencio pero... no lo soporto más. Quiero conocerte.

—Yo... también quiero conocerte.