𝟎𝟎𝟏 La llegada

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Lunaire entró al tren aterrorizada, no conocía a nadie, y siendo ya el cuarto curso, todos tendrían su grupo formado, dejándola a ella sola, además ese año se celebraban las mejores actividades, como el baile de invierno, para el cual, obviamente,...

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Lunaire entró al tren aterrorizada, no conocía a nadie, y siendo ya el cuarto curso, todos tendrían su grupo formado, dejándola a ella sola, además ese año se celebraban las mejores actividades, como el baile de invierno, para el cual, obviamente, necesitaba acompañante.

Posó su maleta en la parte superior del vagón, y se dejó caer por fin en el asiento de aquel extraño, pero mágico tren, esperando que nadie decidiese sentarse a su lado, para poder pensar con tranquilidad.

De repente escuchó unas voces de niños acercándose, y se dio cuenta de que su momento de paz se había terminado.

-Ron! Vamos! aquí hay sitio libre!- Una niña de cabello castaño claro abrió la perta del vagón, y cambió su expresión al darse cuenta de que no estaba vacío.

-Oh perdón. Mejor vamos a otro- Dijo la niña. -No os preocupéis, podeis sentaros aquí si quereis-

Lunaire recordó lo que le había dicho su hermana mayor Janet antes de marcharse; -Intenta hacer amigos, es importante, te sentirás más segura y protegida-

-En serio? Genial, chicos venid!- Llegaron dos chicos de su misma edad, uno moreno y otro pelirrojo, y se sentaron junto a la chica aún desconocida.

-Bien, y cómo te llamas? Yo soy Hermione y ellos son Harry y Ron-

-Soy Lunaire, pero podeis llamarme Luna mejor-

-Guay, tu también estás en cuarto no?- Luna asintió con la cabeza mientras se echaba a un lado para hacer más hueco a su nueva amiga.

Conversaron durante el resto del trayecto, y casi sin darse cuenta, había llegado a Hogwarts, y por fin, empezaba la real aventura.

¡Pasajeros, hemos llegado a Hogwarts! Dijo una voz en off.

Los cuatro amigos se bajaron del tren y se dirjieron a la entrada. -Chicos, os veo en la sala común de Gryffindor vale?- Dijo Hermione. Luna se había olvidado de que aún no tenía casa, y se quedó deambulando por el hall principal esperando alguna señal de qué hacer, pues le habían dicho que una vez allí recibiría indicaciones.

-Señorita Beaumont, encantada- Una profesora se acercó y le estrechó la mano a Lunaire -Soy la profesora McGonagall. acompañame al despacho del director dumbledor, allí te explicaremos todo mejor-

Llegaron a un enorme despacho, de unas escaleras de caracol bajó un hombre de barba blanca, que parecía de avanzada edad. -Bienvenida a Hogwarts, señorita-

-Te explico, hoy se celebrará la elección de casa antes de la cena, así que estate preparada, no te preocupes, nada extraño sucederá-

McGonagall la acompañó a un vestuario, donde se puso el uniforme, y se preparó para la cena. Llegó la hora y se dirigió al enorme comedor, se sentó en una mesa apartada y esperó a que fueran llamando a sus compañeros de primero, hasta que finalizaron todos, entonces, le tocó a ella. Dumblero la llamó y se dirgió al sombrero aterrada por los nervios.

-Astuta, inteligente, pero bondadosa y amable, tu casa es...- Se hizó el silencio en todo el comedor, estaban espectantes del resultado.

-SLYTHERIN!!!- gritó el sombrero. Harry, Hermione y Ron se miraron completamente decepcionados, para ellos, Slytherin significaba una cosa, Draco Malfoy, el idiota de su compañero, una mala persona, que llevaba atormentándolos desde que habian entrado en la escuela.

Lunaire recibió su uniforme, se dirigió a la sala común de Slytherin y seguido, a su habitación. Había sido un día largo, así que se echó en su cama, y casi de inmediato, calló en un profundo sueño.




El sol entraba por el ventanal de su habitación, junto a sus compañeras de habitación, se preparó y se dirigió a clase, a primera hora, tenía clase de pociones con Snape, pero Dumbledore llevó a todos los alumnos de cuarto al comedor, pues tenía q...

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El sol entraba por el ventanal de su habitación, junto a sus compañeras de habitación, se preparó y se dirigió a clase, a primera hora, tenía clase de pociones con Snape, pero Dumbledore llevó a todos los alumnos de cuarto al comedor, pues tenía que hacer un anuncio.

-Buenos días alumnos, tengo buenas noticias. Dijo el hombre apuntando con su varita hacia su garganta-Como era de esperar, este año tendremos el famoso baile de invierno, y obviamente, no estaremos solos, este año nos acompañarán dos escuelas extranjeras-

Antes de que se dieran cuenta, las puertas del comedor se abrieron, y a través de ellas entró un grupo de chicas uniformadas con una falda y chaqueta azul, y un pequeño sombrero en forma de gota del mismo color. Se movían con gracia y utilizaban la magia para hipnotizar con su belleza a los muchachos de Hogwarts. Tanto Ron como Harry estaban embobados con los movimientos de las chicas.

-Se os cae la baba... -Dijo hermione visiblemente molesta.

Dumbledore abrazó a la profesora y esta se sentó al lado del resto de docentes. Era una mujer de pelo corto, y muy, muy alta.

Lunaire se fijó en cada una de las chicas, pues conocía a la mayoría al ser antigua alumna de la escuela francesa. No dio tiempo a que cruzase miradas con ninguna de ellas, pues rápidamente corrieron a sentarse, y acto seguido Dumbledore volvió a alzar la voz.

-Y ahora, desde Bulgaria, los alumnos del Instituto Durmstrang- Un grupo de chicos altos y fuertes entró agitando y dando vueltas a sus bastones de madera, provocando pequeñas chispas con cada roce que daban contra el suelo. Algunos hacían mortales y acrobacias complejas, otros solo marchaban cual soldados. Y entre la multitud, aparecieron el profesor Igor Karkarov y el famoso Viktor Krum. Todas las chicas estaban embobadas con él, ademas de buen jugador de quidditch, era fuerte y apuesto.

Dumbledore repitió el abrazo con Igor, y se sentaron todos juntos.

CONNECTED  ʰᵖ ʷᵒʳˡᵈDonde viven las historias. Descúbrelo ahora