waste the night-multifandom

Elijah Mikaelson

Alessa cerro los ojos con cansancio mientras sentía el agua de rosas mojar su piel, sus piernas y sus brazos. Pedirle a Elijah que eligiera un lugar con bañera fue la mejor elección que pudo hacer.

Tenía su cabello rojo atado en un moño mal hecho para que no se mojara, Elijah estaba a su lado fuera del agua, sentado en un banco con una botella y dos copas de vino. Estos eran los momentos que mas amaban porque estaban los dos solos, algo que en su familia no pasaba.

—Estoy tan cansada, podría dormir ocho dias seguidos.

Alessa miro con una sonrisa a su novio, que le alcanzaba la copa llena, amaba que la tratara como una reina, justo como dijo Elijah que debía ser tratada una mujer como ella.

—Me imagino, estar mas de una hora con mi hermano deje ser una odisea.

—Lo es.

—Lo bueno es que terminó y nos iremos. Ya reserve un hotel en Francia, muy sofisticado y tiene la bañera que te gusta.

Alessa miraba con tanto amor a Elijah que el no pudo evitar acercarse y darle un largo beso, ella puso su mano mojada sobre su mejilla y no le importo que las gotas cayeran por su camisa sin botones. Una obra de arte a los ojos de ella.

—Me encantaría acompañarte Señor Mikaelson.

—Me alegro, Señorita Dalle.

Alessa y Elijah se conocian hace unos quinientos años, sin embargo el responsable fue Klaus. El hibrido se encontró a la chica escuchando unas palabras muy feas por parte de unas niñas de un pueblo chico en el cual los Mikaelson no estaban mas que de paso.

Nik se sorprendió que no estuviera enfurecida sobre las cosas que decían de ella misma, sobre como su padre la golpeaba o era acusada de bruja. La realidad era que lo era pero no tenían fundamentos.

Alessa le dio una sonrisa con los labios cerrados e inclino su cabeza en forma de saludo al vampiro.

—Muy valientes al hablar frente tuyo sobre ti.

—No creo que sean valientes, pienso que sus neuronas están demasiado debilitadas para pensar mucho.

—Podrias prenderlas fuego en este momento.

Ver a ambos parados uno al lado del otro, observando a unas niñas, había llamado la atención de varias personas, entre ellas Elijah, que no dudo en acercarse.

—Podría pero, no es divertido solo ser incendiado.

—Tengo un par de ideas que...

—Niklaus, espero que no estes preparando un ataque terrorista.

Ambos pelirrojos se dieron vuelta con una sonrisa, Alessa era bastante risueña y Nik se divertía de la preocupación de su hermano. Los ojos azules de la chica se encontraron con los marrones de cierto vampiro y Elijah casi deja salir un suspiro, la belleza de Alessa era evidente y podía ser comparada con la de otro planeta.

—Oh dejame presentarnos amor—tomo la palabra Niklaus, un tanto divertido al ver la mirada de su hermano en la dama—Soy Niklaus Mikaelson y mi hermano es Elijah.

—Es un placer, lady...—Alessa estiro su mano y Elijah la tomo para acercar sus labios al dorso de su mano, su piel era palida y suave, lo hizo sin despegar sus ojos de los de ella.

—Alessa Dalle.

—Un bello nombre.

—Encantada.

Niklaus ya se estaba aburriendo del patético coqueteo que estaban teniendo asi que decidio intervenir.

—Bueno, podemos volver a planear tu venganza.

Alessa le sonrio con una mueca que Elijah le hizo recordar al cinismo de su hermano. Despues miro a Elijah.

—Espero que quieras unirte a una pequeña muerte, me estoy cansando de este pueblucho.

Tal vez en otro momento Elijah hubiera dicho que no para no llamar la atención de su padre pero no pudo.

—Me encantaría.

Los tres estuvieron planificando y comparando planes para hacer sufrir al pueblo, en ese tiempo Alessa y Elijah se acercaron bastante.

Decir que fue pequeña fue poco, Alessa empezó con las niñas que hablaban de ella, sus nuevos amigos se ofrecieron a llevarlas al centro de la aldea sin cuestionar. Les hizo explotar los órganos con unas palabras para después hacer que se cortaran sus extremidades. No le alcanzaba solo con ellas, por lo que extendió sus brazos e hizo que cada casa comenzara a incendiarse.

Los hermanos veían todo desde atras de ella, Niklaus complacido con los gritos de ayuda que pedían los habitantes. Elijah admiraba el poder que tenía la chica.

Despues de eso se mantuvieron unidos para seguir viajando por el mundo y enfrentando las amenzabas que se aparecieran en su camino. Al final de unos meses Elijah y Alessa se unieron por los años.

A Alessa luego de unos cinco años le sucedio lo que predecía, se convirtió en vampiro. Sucedio en un bar en el cual asistieron los tres Mikaelson y Alessa, Elijah y Rebekah habían ido a traer unas bebidas cuando un loco del pueblo entro disparando a todos lados.

Alessa se encontraba cerca de la puerta en aquel momento y Nik no pudo ser lo suficiente rápido para asesinar a aquel sujeto, cuando se dio vuelta vio a la pelirroja recostada sobre la mesa en la que estaban. Su frente pegada a la madera mientras sus manos intentaban tapar los orificios de las balas. Tres.

—¡Alessa!

Niklaus fue el mas rapido de sus hermano ya que estaba mas cerca, cuando la enderezo sobre la silla y vio su rostro palido y sus manos ensangrentadas, su ritmo cardiaco aumento como nunca había visto. Elijah casi deja de respirar al oler la sangre por todos lados pero reconociendo a su hermano con el amor de su vida en brazos y llevandola arriba de la mesa.

El híbrido sostuvo su cabeza con un brazo y mordio su propia muñeca para despues acercarle a Alessa su sangre.

Los ojos se cerraban y lo único que podía pensar era en Elijah, los abrió cuando sintió la piel reconocida tomarle la mano y un beso en su frente.

—No se esta curando—Dijo Rebekah con pánico.

Alessa dejo salir una risa ahogada—Los fantasmas me odian.

Dejo salir un ultimo suspiro y su vista de desenfoco en los ojos de Elijah, quien apreto su mano con fuerza, angustiado pero sabiendo que volvería como vampiro.

Efectivamente después de unas horas despertó como vampiro, pero sintiendo su magia todavía en ella. Los hermanos y Alessa se mantuvieron mas juntos que nunca.

—¿Sabes lo que me gustaría?

Elijah la espero atentamente a que terminara de hablar, como cada cosa que decía.

—Tu dentro de esta ducha, específicamente sin ropa.

—¿Como me podría negar?