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Este capítulo está situado en el pasado
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Estaba sentada, viendo ante ella el gran piano que tendría que tocar dentro de poco para anunciar la entrada de su hermana a su boda.
No quería hacerlo, no me daban ganas de hacerlo.
Mi hermana había sido el diamante de la temporada, la incomparable con la que todos querían casarse, sabía que conmigo no sería así.
No sabía que me pasaba, ni siquiera sabía si me quería casar.
Tal vez no quería casarme, pero quería un gran amor, alguien que te quisiera tanto como para dar la vida por ti, como para preocuparse porque estés bien.
Quería un amor, pero no quería lo que venía con él.
Miraba a mis amigas, algunas ya estaban casadas, pero no por amor. Agradecía que aún no era mi tiempo para debutar, porque odiaría debutar y que el amor de mi vida no estuviera listo.
Sabía que existía el amor, pero lo sabía por mis padres, mis padres estaban más que enamorados el uno del otro, eran una inspiración.
Quería un amor de verdad.
Una mano se situó en mi hombro, mire hacia arriba.
—Papi.–El me indicó que me moviera hacia un lado y así lo hice. El se sentó a mi lado.
—¿Estás bien, mariposa?
—Estoy bien, ¿me veo tan mal?
—Tenias tu cabeza contra el piano hace un segundo con una expresión de cachorro abandonado.–Sonreí triste.
—Lo sé... es solo que el amor es complicado.
—¿Te preocupas tanto por ello? Mira a tu mamá y a mi, somos perfectos el uno para el otro.
—Me da miedo no encontrar a alguien así, ¿que tal si mi amor real no está en esos estúpidos bailes? ¿Qué tal si mi amor aún no está aquí, y si está en otra parte?
Amaba a mi padre, amaba el cómo podía ser como realmente era sin tener que cubrirme, el era mi héroe, el era mi todo.
—Mariposa, debes estar tranquila. El amor llegará cuando deba de llegar, si lo apresuras podría no llegar nunca. O terminarás como mi hermana, tu tía, ella se casó por conveniencia...
—Pero ahora es una duquesa millonaria.
—Pero poco importa el dinero si tu esposo no llega a casa.–Lo pensé. El tenía razón.
El amor importa más que el dinero, más que los bienes que puedas tener, puedas tener lo que quieras, pero sin amor ¿que seremos?
Solo seríamos cuerpos sin alma. Como cascarones vacíos de vida.
—Tienes razón papi.
—No te apresures, no todos se casan en su primera temporada.
—Mamá lo hizo.
—Sabes cómo es tu mamá, si no nos hubiéramos casado, ella estaría como loca.–Reímos.–No te apresures, puedes no casarte en tu primera temporada, puedes esperar a tu amor, y si alguien te juzga, deja que lo hagan, a nadie le importa, se olvidaran de eso en la mañana.
—Te amo papi.
—Y yo a ti, mi pequeña mariposa.
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