Regreso A Casa

139 1 2
                                    

Aquellas vacaciones serían inolvidables para el quinceañero que se encontraba durmiendo placenteramente en el autobús en el que iba con su padre al lado, quién revisaba pendientes para disfrutar tranquilamente a su familia cuándo este de vuelta en su hogar.

Luego de tantas horas de viaje, el autobús arriba a su destino. Damián se apresura a bajar ya que necesita conectar su celular y recuperar batería para poder mandarle mensaje a Rebeca haciéndole saber que se encontraba de vuelta.

Siempre que se trata de ella, se emociona tanto al grado de mojar su pañal. Por suerte nadie en la terminal pensaría que un chico con esa vestimenta de rebelde a la moda estaría orinado encima.

Toman el transporte y después de varios días están de regreso en casa. Mamá llegaría unos días más, tendrán que arreglársela sin ella. Aunque papá se encuentra muy cansado del viaje, toma el tiempo necesario para cambiarle el pañal a su príncipe. Una vez asesorado de que este se encuentra seco y bien, toma una merecida siesta.

Sentado en el suelo junto al cargador Damián espera que su chica conteste, le avisa que tiene un regalo para ella el cual le gustaría entregarle. Poniendo lo que parece un pretexto de que sus padres no le permiten salir sola, promete hacer todo lo posible para pactar un día y reunirse para recibirlo.

La dulce pecosa parecía hacerse la difícil. El galán en pañales no soportaba las tipas así, pero le iba a dar una oportunidad, porque las cosas complicadas son un reto del cual se pueden disfrutar.

Y cómo no solo consiguió un obsequio para ella. Tenía que entregarle a su mejor amigo, aquel artículo especial que había elegido para él. Papá le dio permiso de ir a verlo con la condición de que llegará a cierto horario o podría sufrir las mismas consecuencias de aquella noche en el hotel.

Estar fuera de casa es una de las cosas que tanto disfruta Damián, ya que le encanta como la gente lo observa por su físico y su belleza. No le importa si lo admiran o lo detestan, la atención es bienvenida sea cual sea la situación.

Por suerte Gerardo vive en una colonia de clase baja en dónde la gente no es muy agraciada y puede restregarles en la cara que alguien mucho mejor que ellos en varios aspectos se da el lujo de ir a una zona tan decadente.

Abusando de su amistad, Damián nunca le avisa a Gerardo cuándo llega de visita, simplemente se presenta y todas las veces espera ser recibido, ya que el pobre chico no tiene otros amigos más que él.

Como es costumbre toca la puerta, esperando lo atiendan. Sarita, hermana menor de Gerardo abre la puerta. A pesar de ser pequeña siente cierta atracción por Damián, siempre que lo ve se emociona, avisando a toda la familia que ¡Dami ha llegado!

Son una familia humilde por costumbre, más no viven en la pobreza. Los Cabrera tienen lo necesario para vivir, aunque les gustaría tener ciertos lujos, están acostumbrados a economizar ya que saben que gente como ellos no podría tener una vida como los Alvarado. Pero por alguna razón, cuándo reciben la visita del mejor amigo de su hijo de en medio, lo atienden como si fuera alguien tan importante, casi una celebridad.

Si Dami quiere un jugo de arándano, el cual para ellos lo consideran una bebida cara e innecesaria, mandan a cualquiera de los hermanos libres para ir a comprarlo. Por eso a Damián le encanta ir a ese lugar, porque sabe que le darán el trato que se merece. Un trato humilde, pero complaciente.

"Mira Gery. Te traje esto de mi viaje". Entrega el obsequio envuelto en papel, el cuál Gerardo consumo cuidado por el regaño de su madre para no arruinar la envoltura, lo abre, mostrando a todos en la familia que su único amigo le había regalado un costoso juego de ajedrez hecho de un material sumamente valioso.

Detrás De La Puerta CerradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora