THE PARTY

Cap 52 FINAL!!

LA FIESTA: EPÍLOGO

Tener un hijo lo cambió todo: la mayoría de la gente argumentaría que tu vida nunca vuelve a ser la misma, pero cinco años después de la nueva incorporación a mi vida con Kendall, la vida como familia solo era mejor. Era el quinto cumpleaños de nuestro hijo, y tuvimos una fiesta para organizar de alguna manera. Nuestro pequeño había crecido hasta convertirse en un encantador, en realidad no es una sorpresa, dados sus genes. Con su pelo castaño peludo y sus cálidos ojos marrones, Elio era definitivamente el miembro más lindo de nuestra pequeña familia. Actualmente estaba fuera con su mejor amigo, su tío Zayn, que había reservado la mañana de nuestro hijo para pasarla con él, alimentando a los patos, en Central Park.

"Kendall, no podemos", me reí mientras mi esposa me arrastraba besos a lo largo de la mandíbula. Luché por suprimir la construcción del deseo dentro de mí, mientras la modelo se pastaba contra mi núcleo con su muslo. "Kenny", suspiré, sintiendo que mi determinación se desvanecía mientras las yemas de sus dedos se desvanecían contra mi piel.

"¿Sí, cariño?" Ella sonrió juguetonamente, moviendo el pelo hacia un lado para poder verme mejor. Suspiré, sabiendo que nunca podría decirle que no a la morena. Eso no significaba que no pudiera meterme con ella; atrapé a Kendall con la guardia baja mientras la detenía para darle un beso, dandonos la vuelta para que estuviera en la cima.

A horcajadas en su cintura, le clavé las muñecas por encima de la cabeza, obligando a mi esposa a comportarse, o eso pensé. El suave gemido que escapó a los labios de Kendall demostró que tenía otros planes.

"Elio debería estar de vuelta a las 11", le recordé, dejándole caer las muñecas con una sonrisa.

Sin esfuerzo empujándose fuera de la cama, Kendall se reunió conmigo en una maniobra rápida tipo sentada, mirando rápidamente los dígitos que parpadeaban en nuestro reloj de cama. 09:28.

"Nonuenta y dos minutos enteros", respiró, con nuestros labios a solo milímetros de distancia. Segundos después, esa distancia era inexistente.

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"Te quiero", confesó Kendall en voz baja, mirando nuestro reflejo en el espejo. Nuestro pelo todavía goteaba de la ducha, con nada más que una toalla envuelta alrededor de los dos.

Habíamos estado juntos durante incontables años, casados durante varios, sin embargo, las frecuentes declaraciones de amor de Kendall todavía hicieron que mi corazón se saltara como lo había hecho en nuestros años de adolescencia.

"Yo también te quiero", respondí, apoyando mi barbilla sobre su hombro. Mis brazos estaban envueltos de forma segura alrededor de mi esposa, observando cuidadosamente cómo una serie de emociones se reproducían en su cara.

"¿Me estoy haciendo viejo?" La modelo frunció el ceño, murmurando sobre cómo pronto cumpliría 30 años, que pronto estará a varios años de distancia. Me quedé mirando a Kendall con incredulidad, nuestros ojos se reunían en el espejo.

Dándole la vuelta para que estuviera frente a mí, miré directamente a Kendall, para que no tuviera la oportunidad de dudar de la completa sinceridad de mis palabras.

"No". Respondí sin rodeos, haciendo que el modelo se riera mientras respondía con la gravedad que solo un caso legal en el tribunal podría requerir realmente. "En todo caso", continué más juguetonamente, "solo te diriges hacia los primeros años de la milf".

Kendall se rió en voz alta, abofeteándome el antebrazo de forma inesperada y haciéndome caer accidentalmente la toalla. La mirada de la morena se arrastró por mi cuerpo sin disculpas, sonriendo descaradamente mientras la llamaba.

Nuestro timbre sonó cuando finalmente empecé a ponerme algo de ropa, para consternación de Kendall. Zayn tenía una llave, pero fue lo suficientemente considerado como para darnos tiempo para recogernos, sabiendo lo valioso que se vuelve el tiempo a solas, cuando te conviertes en padres. Mi esposa hizo una caca mientras me ponía una camiseta, quejándose de la repentina falta de piel expuesta. La besé dulcemente, sintiendo su sonrisa contra mis labios.