THE PARTY

Cap 39!!

"¿Tienes que ir?" Me quejé mientras Kylie conducía su equipaje hacia el taxi. Mi mejor amigo se detuvo un momento, girando para mirarme con los ojos tristes.

"Sabes que no quiero", respondió suavemente, metiendo mis manos en las suyas. "¿Siempre puedes venir a casa y visitarnos un rato? Es casi Navidad", añadió con una sonrisa. Asentí con la cabeza, mi sonrisa luchaba por llegar a mis ojos. Finalmente, Kylie tuvo que tomar su taxi a JFK. Suspiré mientras veía cómo el taxi amarillo se alejaba, volviendo lentamente hacia mi apartamento.

Zayn y Gigi estaban horneando galletas juntas, siendo lindas como la mierda y haciéndome sentir más sola que nunca. La pareja recogió esto y me invitó a unirme a ellos en la cocina. Mientras me sentaba entre los dos amantes, revolviendo chispas de chocolate en la masa de galletas, mi mente seguía alejándose hacia Kendall. Las galletas eran lo mío con ella, si todavía tuviéramos algo... ¿Todavía teníamos algo? Me quemé cuando mi mente se metió en marcha, y en su lugar volví a centrar mi atención en la tarea que tengo entre manos.

Encontré un pequeño recipiente y comencé a apilar galletas frescas en él, perdiendo por completo las miradas confusas que estaba recibiendo de Zayn y Gigi.

"Toma todos los que quieras, cariño, pero ¿no crees que eso es un poco excesivo?" Gigi preguntó con el ceño fruncido mientras hacía señas hacia mi caja ahora llena de galletas. Me mordí el labio con una sonrisa mientras pensaba en lo que iba a hacer, y procedí a explicar mi plan a la rubia.

Empezó a sonreírme, pero no antes de golpear a Zayn en el brazo mientras se quejaba de que no era suficiente como yo. Le devolví su sonrisa antes de morder mi galleta.

"Entonces, ¿podrías conseguir la dirección de Kendall?" Pregunté con una sonrisa tímida.

****

Kendall abrió la puerta con una bata rosa esponjosa, una taza de chocolate caliente en la mano. La sorpresa en su cara era obvia, pero sonrió mucho mientras se hacía a un lado para dejarme entrar.

"¡Has venido a visitar a tu Jenner favorita!" Ella comentó con una sonrisa descarada mientras me conducía hacia su sala de estar. Me volví hacia una chica mayor juguetona y le informé de que su hermana estaba fuera del estado.

"¡Aunque traje galletas!" Sonreí mientras veía cómo los rasgos de la morena se iluminaban una vez más. Ella me guió hacia su sofá, donde nos sentamos a comer galletas y hablar de cosas al azar. En realidad, nada de lo que estaba diciendo realmente importaba, todo lo que importaba era que yo estuviera allí diciendo algo en absoluto.

Poco a poco nos acercamos el uno al otro, y antes de darme cuenta estábamos a solo unos centímetros de distancia. Su respiración cálida golpeó mi labio superior cada vez que hablaba, y se convirtió en todo en lo que podía concentrarme. Kendall también parecía estar distraída; se detenía a mitad de la frase, miraba brevemente a mis labios y olvidaba lo que había estado diciendo.

Los ojos marrones profundos de la niña mayor eran tan cálidos y acogedores como la esponjosa bata rosa que ahora estaba medio cubriendo mi regazo.

Empecé a inclinarme un poco, sintiendo que la mano de Kendall rozaba la mía de forma tranquilizadora. La chica mayor se inclaró para conocerme, sus labios se cepillaban contra los míos antes de que sonara una llamada entrante de FaceTime. Nos separamos torpemente; Kendall me miró tímidamente mientras yo sonreía con disculpas mientras iba a responder a la llamada.

Kaia

Me gustaría hablar por FaceTime

Me mordí el labio para suprimir una sonrisa cuando me di cuenta de quién estaba llamando. La chica más joven estaba en Londres, modelando para Chanel, y no podía ocultar lo mucho que la echaba de menos. Nuestra amistad realmente había crecido; Kaia se había convertido en alguien por quien yo era protector, pero al mismo tiempo me encantaba que quisiera venir a mí para hablar de enamoramientos y niños (¿y niñas?)

¡KaiKai! ¿Cómo está mi bebé?" Me chillé mientras contestaba el teléfono. Desde el otro lado del sofá, Kendall me miró con curiosidad. "He echado mucho de menos a tu imbécil", añadí con una sonrisa.

"Es KiKi, cariño". Se corrigió una voz detrás de Kaia. No reconocí la voz más antigua, pero jadeé cuando surgió la mujer detrás de Kaia. Naomi, la puta Cambell.

"¿Naomi Cambell?" Lo cuestioné como un puto idiota. Por supuesto que era ella, ¿estaba en un estado de... conmoción? La mujer mayor se rió de mí, y no podía negar lo intimidada que me sentía.

"¿Qué está haciendo Kylie con Naomi Cambell?" Kendall se preguntó detrás de mí. Ignorando a la modelo sentada a mi lado, reenfoqué mi atención en Kaia, que ahora estaba abrazando a la mujer.

"Solo me estoy relajando con mi madre de Londres", se encogió de hombros.

No pude evitar sonreír a la chica. Se veía tan feliz en Londres, y mientras la echaba de menos, me alegré mucho de que estuviera disfrutando de la ciudad extranjera.

"¡Ven a casa pronto y guarda algunos abrazos para mí!" Me quedé mientras Kaia se reía, de acuerdo. Terminamos la llamada, intercambiando breves "te quiero", y me encontró un Kendall de aspecto bastante celoso, después de haberme dado cuenta de que no era Kylie con la que estaba hablando por teléfono.

Se aclaró la garganta torpemente, tratando de actuar de manera informal mientras reajustaba su posición en el sofá mientras evitaba mi mirada. No pude evitar reírme de la chica mayor. Acababan de pasar días desde su anterior momento de celos con Bella, y aquí estábamos de nuevo.

"Kennyyy", me enrojeé mientras trataba de sacar una sonrisa de la chica. Ella me ignoró, en su lugar volvió su atención hacia sus uñas perfectas.

"¿Era tu madre?" Preguntó claramente, sabiendo muy bien que no lo era.

"No Kendall, vamos, sabes que mi madre le guarda una llamada telefónica al año para Año Nuevo", respondí honestamente en un intento de aligerar el estado de ánimo, dándole un empujón al hombro con una sonrisa.

"Entonces, ¿por qué dijiste que los amabas?" Preguntó con una caca. Me reí de la chica mayor, inclinándome para besarle la punta de la nariz. Finalmente se rompió, incapaz de ocultar su sonrisa. Le sonreí a la modelo, tomando su mano en la mía.

"Ella es mi pequeña bebé, pero tú eres mi Kenny. Eres mi persona", sonreí.