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Mía iba hablando con Santi y Rafa camino hacia su habitación, cuando los tres vieron a Simón acercarse a ellos

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Mía iba hablando con Santi y Rafa camino hacia su habitación, cuando los tres vieron a Simón acercarse a ellos.

-Hola, Sim...

Un pequeño grito salió de la española cuando el actor la cargó en su hombro.

-¡Bajame, Simón!- grito Mía viendo cómo se alejaban de sus dos mejores amigos.

-Lo siento, Mimi, pero no, te quedás ahí.

-Gilipollas- masculló ella, causando una carcajada en el chico.

-¿Ya te dijeron que hablas como una princesa? Por qué desde luego que sos una linda princesa.

Mía rodó los ojos con diversión ante el tono sarcástico de Simón.

-Matías me lo dice constantemente, al final voy a terminar por creermelo.

-No lo hagas.

-¿Por qué no?- pregunto ofendida.

-De tierna vos no tenés nada, sos una agresiva.

La española le dio un golpe en la espalda como respuesta ante lo dicho.

-¡Viste! ¡Agresiva que sos!

-Bajame ya, que empiezo a notar como la sangre se me baja al cerebro- murmuró ella.

-¿Tenés cerebro?

-Deja de meterte conmigo, soy sensible y de lágrima fácil- lloriqueo Mía.

Simón ignoro lo que Mía decía, y abrió la puerta de su habitación. La española que tenía los ojos cerrados mientras se quejaba, no noto que tenía varias miradas puestas en ella.

-Mimi pelotuda, me estás avergonzado- susurro Simón al ver la cara de sus amigos.

-Te jodes, ahora vuelve a llevarme a mí habitación que tengo que trabajar.

-Abrí los ojos boluda.

-No.

-Hola, Mimi.

Mía abrió los ojos rápidamente y se incorporo en los brazos de Simón, este último no pudo agarrarla bien, causando que cayera al suelo, dándose un golpe en la espalda.

-Me voy a morir- se quejo Mía, soltando quejidos de dolor.

-No te vas a morir.

-¡Si voy a morir, Blas! ¡Me duele mucho la espalda!

Blas rodó los ojos ante el gimoteó de Mía.

-¡Boluda! ¡Perdón!- exclamó Simón, agachándose a la altura de la chica.

-Por tú culpa me voy a morir- susurro ella.

-Mía.

La nombrada paro abruptamente de hablar al escuchar a Pipe, se levantó rápidamente del suelo y caminó hacía la puerta, donde casualmente Blas se encontraba parado.

𝐁𝐎𝐑𝐍 𝐓𝐎 𝐃𝐈𝐄 || Felipe Otaño Donde viven las historias. Descúbrelo ahora