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Los comienzos de semana eran lo más horrible para la aún joven dahyun, tocaba limpiar la pila de platos que se usaban en su casa y debía de ser tutora de una nueva niña de su mismo salón. Con ella no tenía mucha interacción ya que se notaba su incomodidad al tener gente al rededor, nada nuevo si uno se pone a pensar.

En un cerrar y abrir de ojos escuchó el timbre de su casa sonar cosa que la saco de sus cabales, dio un gran suspiro antes de realizar alguna acción pensando en que debía de ser profesora tutora de alguien que tiene su misma edad, no lo comprendía pero no podía negarselo así como así.

Sacudió su cabeza dando pasos despreocupados hasta la puerta principal de su casa, ahí se encontró a esta chica algo baja pero no tanto, con lentes que hacían sus ojos más grandes de lo normal y su cabello atado completamente. Era bonita pero su timidez le ganaba en todo sentido.

- llegas temprano para ser tu primer día.

- me gusta ser puntual y tu casa no está del todo cerca de la mía que digamos - suelta con un tono de voz tranquilo y algo burlón.

Hirai momo era de esas personas que muy raramente podían caerte mal o ser una mierda en todo sentido, era tranquila y despreocupada la mayor parte del tiempo. Solo se enfocaba en mejorar sus estudios y irse lo más rápido a su país de nacimiento, Japón. Esto último era su mayor deseo ya que había pasado muy poco tiempo ahí y al momento de mudarse dejó todo lo que ella amaba: abuelos, amigos, familiares en general y sus estudios. No tenía nada y estaba completamente sola con su madre en un país nuevo.

Nada fácil para una chica de 17 años aún así pudo adaptarse fácilmente, pero a excepción de una pequeña cosa y esto era que su coreano no era del todo bueno, se equivocaba en palabras y esto causaba que ella hablara muy bajo, todo para que nadie lo note. Le daba vergüenza llevar ya varios años viviendo en Corea sin mejorar del todo su habla pero no podemos culparla, no es fácil aprenderse de cero un nuevo idioma fuera del que ya estamos acostumbrados.

Esto dahyun lo sabía porque su directora un día anterior le había comentado del estado y la necesidad por la que momo debía de tener una tutora urgente en lo que queda el año, esto quiere decir que dahyun debe de enseñarle muchas cosas y ponerse al día con su nueva compañera.

- ¿si sabes que ella es nueva no, dahyun?

Asintió con su cabeza, no tenía mucho que decirle.

- necesito que puedas ponerte al día con ella, trata de enseñarle técnicas para mejorar su coreano... También que puedas ayudarla con los trabajos que dieron hasta el día de hoy.

- ¿por qué yo? Se que tengo buenas notas pero no entiendo el sentido.

- vamos, no es difícil poder ayudarla.

- con una sola condición.

Sus palabras convencieron a la directora Jeongyeon y estaba dispuesta a aceptar cualquier cosa que la joven dictara.

- usted pida lo que quiera señorita dahyun que yo lo aceptaré sin rodeos.

- yo prometo ayudarla al máximo y usted le baja el precio al desayuno, también quiero que agreguen frutillas de postre porque a mi amiga le gustan mucho.... Si es frutilla con crema estaría mejor y también...

- okay, okay, creo que ya es suficiente.

- ¿no que dijo que podía pedir lo que quiera y que lo va a aceptar? - arquea una ceja fulminandola con la mirada.

El ambiente se volvió silencioso de golpe y eso significaba que dahyun tenía razón, de la boca de Jeongyeon salió un suspiro y solo asiente lentamente.

Eso era todo lo que la joven dahyun necesitaba para ponerse las pilas con esta chica, prometió ayudarla y era lo que iba a hacer.

tutor   ;  dahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora