Capítulo 1

117 15 0
                                    

Mo Guan Shan sabía de antemano la crítica situación económica en la que se encontraba su familia. Le dolía ver a su madre tener que darle el poco dinero que le sobraba de sus bonos de salario para su almuerzo en la universidad. Desesperadamente buscaba trabajo día tras día, pero sin ningún resultado. Cuando lograba conseguir un empleo, este solo duraba unos pocos días antes de que renunciara o lo despidieran, a menudo por "mal trato a los compañeros". ¿Acaso les parecía incorrecto que un omega como él se defendiera de los alfas sin cerebro? Preferiría morir antes que dejar que cualquier alfa lo tocara.

A pesar de las dificultades, Guan Shan mantenía su beca deportiva, que había conseguido por milagro. De no ser por la insistencia de su madre de que estudiara en la universidad, nunca la habría aprovechado.

Un día, su madre, de buen humor y tarareando una canción mientras movía sus caderas al ritmo, le dio la noticia de que había encontrado el trabajo perfecto para él. Al principio, Guan Shan pensó que se trataba de algún puesto de mesero en un restaurante o vendedor de comida rápida. Nunca esperó ver el anuncio con letras grandes que decía "Se busca niñero" en manos de su madre.

—¡Y una mierda! —exclamó con indignación al ver aquello.

—¡No hables así, Shan! —lo reprendió su madre, mientras el pelirrojo chasqueaba la lengua—. Es un buen trabajo, y según la dirección, está cerca de tu universidad. El horario también es bueno, solo será por la tarde hasta que lleguen los padres.

—Ni pienso ser un puto niñero. No me van los niños —la madre solo pudo suspirar ante el vocabulario de su hijo.

—No es un niño como tal, aquí dice que el chico tiene dieciséis años.

—¿Dieciséis? ¿Y necesita niñero? Qué chiste —se burló mientras se cruzaba de brazos.

—Shan... No parece un mal empleo, y además, parecen pagar bastante bien —sonrió un poco ante eso, lo que hizo que el corazón de Guan Shan se estrujara—. Y me sentiré más cómoda sabiendo que estás protegido en una casa, ya sabes... Últimamente hay muchos casos de omegas agredidos...

—Mama, ya tengo veinte años. Sé cuidarme solo —el pelirrojo suspiró mientras observaba a la mayor y se removía el poco cabello que tenía, exasperado—. Muy bien, lo haré. Pero que sepas que deberás aceptar el dinero para las facturas.

—De acuerdo, hijo —asintió un poco indecisa, pero aceptó al final.

Unos días después de haber enviado el correo solicitando la posición de niñero, Guan Shan recibió la respuesta. Le informaban que podía comenzar al día siguiente y le detallaban el salario que recibiría por las horas de trabajo. Al leer la cifra, Guan Shan no pudo evitar tragar saliva, sorprendido por la generosa remuneración. ¿Por qué pagarían tanto por cuidar a un adolescente?

Así que allí estaba, parado frente a una imponente entrada de hierro forjado, rodeada por altas murallas que denotaban la riqueza de los propietarios. Ahora entendía por qué el salario era tan elevado: debía tratarse de una familia adinerada.

De pronto, un hombre vestido de negro, con la cabeza rapada y ojos amenazantes, se acercó a él.

—¿Mo Guan Shan? —preguntó con voz grave.

—Sí, soy yo —respondió Guan Shan, esforzándose por mantener la calma, aunque su voz sonó ligeramente entrecortada. Aquel hombre definitivamente era un alfa.

—Acompáñeme, por favor —indicó el hombre con sequedad, a pesar de sus palabras formales. Guan Shan, con las piernas ligeramente temblorosas por la impresión, siguió los pasos largos y rápidos del guardaespaldas.

—El joven a quien cuidará se llama He Tian. No lo habíamos mencionado en el anuncio por privacidad —explicó el hombre—. Me sorprende que haya sido un omega quien aceptara el trabajo.

Guan Shan lo miró confundido. ¿A qué se refería? Ni siquiera había dado indicios de ser un omega. Es que mírenlo, era alto para los estándares de su género, tenía un físico atlético, no tenia el rostro o la piel delicada, ni siquiera tenia un aroma dulce, nada parecido a la imagen idealizada de un omega. Entonces,¿Como había adivinado su genero?

—Debo advertirle que el chico suele ser un tanto... problemático —continuó el guardaespaldas—. Es por eso que su padre solicitó un niñero mientras él y su otro hijo van de viaje por negocios. Al principio, el chico no suele hacer mucho caso, pero con el tiempo se irá ablandando.

—¿Problemático? —Guan Shan dudó si podría comunicarse adecuadamente con el adolescente.

—Suele retar mucho a su padre, creyéndose rebelde para mostrar que está en contra de él. Supongo que es por las hormonas que está presentando a esta edad. Como alfa, es normal que quiera reclamar su territorio y ver a otro alfa dominante le resulta agobiante.

¿Alfa? Guan Shan se detuvo en seco, sorprendido. ¿Iba a cuidar a un adolescente alfa? Eso era algo que no creía poder soportar. Normalmente, los alfas no necesitaban niñeros, pues se suponía que nacían con un intelecto superior y un instinto de supervivencia que les permitía cuidarse solos. Y eso hacia que personas extrañas a su familia, como Guan Shan en este caso, no eran recibidas como cuidadores para estos niños.

—Espero que esté al día con sus supresores —advirtió el guardaespaldas, volviéndose hacia Guan Shan al verlo detenerse—, porque este chico no tiene control sobre sus feromonas cuando sus emociones estallan. Suele ser complicado para un alfa dominante de su edad controlarlas.

Guan Shan abrió la boca, dispuesto a dimitir, pero en ese momento un fuerte aroma a eucalipto y menta llegó a su nariz, denotando enojo y rabia. Detrás de ese aroma, apareció un chico y Mo no pude evitar tragar saliva.

Su cabello negro azabache, ligeramente despeinado, enmarcaba un rostro de rasgos finos y angulosos. Unos ojos grises, profundos y penetrantes, parecían escrutar cada rincón, emanando una mirada amenazante que advertía a los demás mantenerse a distancia. Con su nariz recta y perfecta, junto a unos labios delgados pero bien delineados, le conferían un porte casi aristocrático, como si perteneciera a un mundo diferente al nuestro. Incluso su forma de caminar, con esa elegancia contenida, lo hacía destacar.

¿Este chico tenía dieciséis años?




Prejuicios 


❤️

Prejuicios [TianShan] ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora