014. Cada quien sus asuntos

49 10 7
                                    

El entrenador era cada vez más insoportable. Cada momento era aprovechado para insultar y comparar a los actuales miembros con los antiguos. Jiwoong cada vez estaba causando más problemas con los alumnos, una manera de desquitarse porque claramente no puede hacerlo con su entrenador.

Estaba sentado en una banca del patio, rodeado de unos cinco compañeros del equipo, riendo como era de costumbre. Jiwoong estaba en su mundo, muy ajeno a lo que estaba pasando, pero el repentino silencio de sus amigos lo hicieron reaccionar. Estaban mirándolo con confusión porque Hao se había parado frente a él.

"¿Vamos a vernos hoy?" Dijo el pelirrojo. Sus amigos lo miraron con prepotencia, y juzgaban a su capitán con una mirada despistada.

Jiwoong, quien ya estaba de mal humor, se levantó y se paró con altanería, Hao dio pasos hacia atrás inconscientemente al sentirse amenazado.

"¿Por qué me estás hablando?" Preguntó en voz baja pero con tono fuerte.

Hao frunció el ceño y de pronto los demás chicos se rieron. "¿Qué te pasa? Sabes de lo que hablo."

El pelinegro negó molesto y lo empujó bruscamente con el hombro para hacerse paso. Sus amigos se levantaron y algunos tuvieron la misma actitud con Hao. El pelirrojo estaba molesto y confundido, simplemente se fue de ahí.

Jiwoong sabía que se refiere al trabajo que les dejó el profesor. Pero no hacía falta que le hablara con tantas personas cerca, menos sus compañeros. Ya habían hablado sobre verse hoy saliendo de clases. Y Jiwoong estaba de mal humor. Después le mandaría un mensaje.

Con el clima nublado, era más que perfecto estar en la azotea. Gunwook y Gyuvin estaban hablando sobre su clase pasada antes de que Yujin llegara.

El menor pone una bolsa frente a ellos y luego se acuesta boca abajo, recargando su cara entre sus brazos. "Traje algo." Dijo sencillamente.

Gyuvin tomó la bolsa con gran velocidad y abrió la boca con emoción. "¡Gracias, Yujinie!". Tomó un paquete y se lo entregó a Gunwook, luego tomó otro para sí mismo.

"Muchas gracias, Yujin." Dijo Gunwook antes de abrir su paquete. Eran una galletas de nieve.

Yujin asintió y apartó momentáneamente la mirada.

Gunwook se sintió conmovido, últimamente Yujin se la pasaba trayendo cosas para ellos dos, así que pensaba que estaban haciendo algo bien.

"¿Cómo te fue con el profesor Byun?" Preguntó el pelinegro.

Yujin acomodó mejor su cabeza entre sus brazos para mirar correctamente a sus amigos, y se tomó su tiempo para pensar.

"No estoy muy seguro. Me ha sugerido encontrar una actividad que me guste que pueda hacer con otras personas, pero realmente no quiero."

"¿Por qué no?" Preguntó Gyuvin comiendo su postre. Gunwook lo miró.

"No a todas las personas les gusta llamar la atención."

"¿Y por qué me miras así? ¿Te refieres a mi?" Gunwook hizo un puchero chistoso con sus labios y Gyuvin se mostró indignado. "Bueno, no es que yo disfrute estar con muchas personas. Pero en todo caso, tu eras el centro de atención del equipo."

"Y ya no lo soy, no sabes la paz que siento ahora."

Gyuvin tomó la pequeña caja de su jugo vacío y se lo aventó en el hombro a su amigo. Gunwook rodó los ojos pero decidió ignorarlo.

"¿Y qué le dijiste?" Volvió a preguntar Gunwook para que Yujin siguiera hablando.

El menor suspiró. "Que lo pensaría. Tampoco puedo decirle que no, después de todo él sólo quiere ayudarme."

The Way to Love Someone | zerobaseoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora