Capitulo N.5

242 23 0
                                    

NARUTO HIJO DE LA SABIDURÍA


Capítulo Cinco, Parte 1: Intrigas Divinas: El Desafío de Naruto en el Olimpo


Algún tiempo más tarde.


"En serio, culpen a Hades del robo y díganme de donde se basan para decir eso", Naruto dijo mientras aún se mantenía sentado en su silla, aunque ahora parecía haber estado leyendo un conocido libro de pasta naranja escrito por su pervertido padrino.


"Bueno..." Annabeth, que había llegado no mucho después de que Percy llegara con la dichosa profecía, trató de hablar, pero incluso antes de que pudiera responder, Naruto la interrumpió.


"Y antes de que digas algo mejor piensa bien lo que vas a decir", Naruto dijo con lo que la rubia había podido identificar como un tono de decepción, incluso si para los demás aún parecía tan monótono como siempre.


"¿Qué... qué quieres decir?" Chiron fue quien dijo la pregunta que parecían tener en mente los demás ocupantes de la habitación, ya que al igual que los otros dos también parecía convencido de que Hades era el culpable.


"Solo pongámoslo así... en qué beneficiaría a Hades el robar el juguete de Chispitas", Naruto dijo. Puede que él fuera bastante nuevo en este asunto de los semidioses y la mitología, pero incluso así sabía que Hades era mucho más poderoso que Zeus. Un claro ejemplo de esto estaba en la gigantomaquia, cuando Hades fue solo al Tártaro para luchar contra los titanes, quienes habían aprovechado del caos para escapar de su prisión.


Y a quienes, por cierto, Hades había derrotado sin ayuda.


"Además, a quienes más beneficiaría una guerra sería a los dioses con dominio sobre la misma, como es el caso de Ares y Athena", Naruto dijo dando su punto de vista mientras Annabeth, Percy e incluso Dionisio que justamente acababa de regresar miraron al ninja hijo de Athena en shock.


"En serio acusas a tu propia madre de algo tan grave", el Señor D dijo. Claro, sabía que Athena era de lejos la peor madre en el Olimpo, literalmente, siendo que hasta hace poco a penas consideraba a sus propios hijos más que meras herramientas para servir a la voluntad de los dioses y que podría desechar en cualquier momento.


De hecho, hasta donde sabía, al único que parecía tenerle un genuino cariño era a este molesto pelirrojo quien irónicamente parecía odiarla.


"Aunque a mí tampoco me guste admitirlo,pero lo dicho por As- digo Naru tiene lógica". Annabeth dijo que se sentía un poco incómoda al acusar a quien técnicamente era su madre, aunque tampoco es como le tuviera mucho aprecio.


Además, de donde diablos había venido el nombre Ashura y por qué iba a llamar a Naruto así, Annabeth pensó confundida; desde que Naruto había llegado al campamento, aquellos extraños sueños simplemente parecían volverse más frecuentes; además, no iba a negar que desde que lo vio sentía una especie de conexión con él.


"Así que el mocoso eligió la opción suicida", el Sr. D dijo cambiando más o menos el tema, algo que sin duda la mayoría de los presentes agradecieron.


Pero antes de que alguien pudiera responderle, el dios volvió a hablar.


"Y por cierto, mocoso, prepárate porque iremos al olimpo", Dionisio dijo viendo a Naruto.


"Puedo ir, también" Annabeth dijo. Simplemente, tenía la sensación de que Naruto haría algo estúpido y sinceramente quería impedirlo.


Tres horas después...


"Llegas tarde", el señor D le gritó a Naruto con clara molestia; ¿cómo se atrevía este mocoso a hacerle esperar por casi tres malditas horas? ¿Y lo peor de todo era que ni siquiera se mostraba preocupada y mucho menos parecía importarle?


De hecho, la única razón por la que no cedía a su deseo de vaporizar al mocoso por su insolencia era el miedo que le tenía a Athena; su hermana había sido clara con ese asunto al respecto.


"Daña aunque sea solo un pelo de mi pequeño remolino y el Olimpo tendrá una vacante para Dios", Athena había dicho de manera tan fría y sería que le dio un escalofrío. demonios, incluso juro haber visto su muerte de mil maneras diferentes en ese corto pero terrorífico momento.


Bueno, eso y que, por mucho que no fuera de su agrado admitirlo, no estaba seguro de poder derrotar al mocoso; solo el simple hecho de que fuera un soldado de las tierras escondidas ya lo ponía por encima de los demás semidioses.


Y quién sabe, tal vez incluso, de algunos dioses.


"Y bien, a qué hora nos vamos", Naruto dijo. Puede que no le gustara para nada la idea de terminar involucrado en alguna estupidez del Chispita, pero mientras más rápido terminara con esto, más rápido podía volver a la cabaña para seguir trabajando en su nuevo sello que con suerte podría ayudar a que Kurama se recuperara más rápido.


"Tú que crees mocoso", fue todo lo que dijo el Señor D antes de tomarle del hombro y desaparecer del campamento.


Pronto aparecieron frente a unas grandes puertas doradas que, aunque para cualquier otro pudieron haber parecido impresionantes, de hecho le parecieron bastante pequeñas, especialmente si las comparaba con las rejas que anteriormente mantenían atrapado a Kurama antes de que abriera el sello.


De hecho, Kurama, a pesar de su inmenso tamaño, aún era más pequeño que la forma incompleta de Juubi y ni hablar de comprarlo con el tamaño de la forma completa de las diez colas. Esa cosa sin duda era colosal y bastante grotesca, principalmente su segunda forma que parecía una especie de araña mutada y con esteroides.


Finalmente, luego de unos minutos y luego de abrir las grandes puertas sin ninguna dificultad, pasó a la gran sala con doce tronos, pero curiosamente solo cuatro estaban ocupados en este momento.


Siendo dos ocupantes los que eran más fácilmente reconocibles para él, siendo estos dos la diosa Athena y el dios Poseidón, o bueno, quien él supuso era Poseidón, si el parecido que tenía con Perseus era algo por lo que notar.


Bueno, eso y la mirada de odio que le estaba dando Athena al hombre mayor o lo fue hasta que la diosa notó su presencia y por alguna razón pareció volver toda su atención hacia él.


Diciendo ignorar eso por el momento, miro hacia los otros dos dioses.


El primero y sentado del lado izquierdo de Athena era un hombre que parecía alrededor de los cuarenta y cinco a cincuenta años, tenía pelo negro con algunas cuantas cañas, piel bronceada y ojos azul eléctrico y vestía lo que supuso debía ser algún tipo de traje elegante para este lado del mundo.


Luego, siguiendo la misma línea, sentada a la izquierda de quien supuso era Zeus o Chispita, como ahora preferida llamarlo, se encontraba el otro dios o mejor dicho, la otra diosa...


La mujer parecía aparentar la misma edad que Athena o quizás un poco mayor a la otra diosa; tenía el pelo castaño oscuro atado en una especie de trenza con cintas de color dorado, piel clara, ojos verdes y un cuerpo que, a pesar de carecer de la voluptuosidad de la pelirroja, aún mostraba curvas notorias con unos pechos de un tamaño más o menos modesto y caderas anchas, y vestía un vestido de seda rojo con detalles dorados, el cual parecía ser bastante elegante.


"Lord Poseidón, Lady Hera y Chispita", Naruto dijo en forma de saludo, ignorando por completo a Athena, pero sobre todo la reacción que tenían los dioses en ese momento.


"Sabes, Tomate, tu mocoso me agrada", Poseidón dijo con diversión mientras tenía una pequeña sonrisa.


Hera y Zeus, por otro lado, estaban sorprendidos y enojados, aunque en el caso Zeus era más enojo que sorpresa; enojo de cómo lo llamó ese mortal, sino también porque ni siquiera se molestó en inclinarse ante él, el mismo rey de los dioses.


Hera, por otro lado, muy al contrario de su esposo paranoico e infiel, estaba más sorprendida que enojada, sorprendida de que un semidiós realmente la saludara de manera tan cortés y voluntaria. Ella comprendía cómo todos los semidioses la odiaban y comprendía sus motivos para hacerlo, pero este semidiós, por alguna razón, ni siquiera parecía importarle su estatus de diosa o quién era ella.


Demonios, ni siquiera parecía que le importara que ella fuera la responsable de la muerte de tantos semidioses, muy a lo contrario de lo que era normalmente.


"Y bien por qué me llamaron, que no tengo todo el día para escuchar estupideces", Naruto dijo.


Sí, definitivamente, este semidiós/mocoso se está volviendo uno de mis favoritos. Hera y Poseidón pensaron respectivamente para sí mismos, aunque cada uno por su propio motivo que en esencia podría decirse era uno mismo.


La manera tan única de ser de Naruto.


Esta historia continuará...

NARUTO HIJO DE LA SABIDURIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora