Parte 15

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Bgtea: Disfruten de un capítulo que me gusta pensar que se titula: "Jiang Cheng folla y se descubre".

Además, demos la bienvenida a nuestras nuevas etiquetas: bondage, bondage no consensual, sexo en el espejo y nudos.

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Jiang Cheng pelea. Lo intenta incluso cuando el fuego líquido le quema la piel y serpentea por sus venas, iluminando su interior en una agonía abrasadora. Las cintas le cortan los brazos, las piernas, el torso, apretándolo con cada sacudida, cada resistencia, cada contracción de sus extremidades, pero aún así lo intenta.

—¡P-Para! ¡Aléjate! ¡Aléjate! ¡ALEJA-A-A-AH!

El demonio no se mueve. Se cierne sobre su cuerpo con una mano agarrando su mandíbula y otra en la parte inferior de su estómago como una marca. Y se siente exactamente así con el imposible calor abrasador que emana de su vientre.

—Te someterás —gruñe. Su rostro se ha vuelto completamente blanco como el hueso, blanco como los dientes afilados que brillan en su boca que le divide la mandíbula de mejilla a mejilla. Sus ojos son de un negro intenso; la esclerótica, el iris y la pupila son indistinguibles cuando son tragados por una sombra oscura—. ¡Serás bueno para mí mientras reparo el daño que le has hecho a nuestros hijos!

El daño. Lo que le ha hecho a su hi...

—¡No, no, no, no lo estoy, estoy embarazado! ¡Soy un hombre! ¡Soy un ho-urgh!

El monstruo ladea la cabeza. —¿Es por eso que has estado dando tanta pelea? ¿Tienes miedo de tener mis hijos?

Jiang Cheng se estremece mientras se acerca, sus temblores crecen mientras el aliento caliente recorre su mejilla.

—Y eso es después de que tú también me lo hayas suplicado tan linda mente —le murmura al oído, en voz baja y engañosamente dulce—. No podías dejar de gemir para que te follara, no dejabas de llorar mientras llenaba tu linda vagina virgen por completo...

Jiang Cheng cierra los ojos con fuerza. —N-no, esos fueron... estaba soñando. Son... eran sueños. Yo no... yo no...

Su voz se convierte en un grito cuando aprieta su mandíbula.

—Mi amor no sólo es terco, sino que también es un mentiroso —gruñe el monstruo—. ¡Si realmente crees que todo eso fue un sueño, no habrías buscado a esa bruja para deshacer mi reclamo!

La mano sobre su estómago se levanta y el dolor desaparece, pero Jiang Cheng no tiene tiempo para sentirse aliviado cuando las cintas de sus piernas tiran, haciéndolas abrirse.

—Abre los ojos y mira —ordena el demonio con un silbido—. Esto no es un sueño. ¡Eres mío! Mío para hacer lo que quiera. Mío para moldear y cambiar en cualquier forma que me agrade. Cuanto antes aceptes esto, mejor será por tu bien. 

Jiang Cheng se niega. Su respiración es rápida, su corazón late con fuerza, pero mantiene los ojos firmemente cerrados. Quedaba su última y única defensa.

La mano suelta su rostro y escucha un movimiento. El monstruo se está alejando... ¿alejándose? No, él está... él se está moviendo hacia sus... sus piernas.

Largos dedos se extienden entre sus piernas y se hunden dentro de su agujero... no en su trasero, sino más arriba, donde está resbaladizo y caliente y se siente... se siente familiar, condenadamente familiar, desde la forma en que sus paredes tiemblan y se separan por la intrusión hasta lo cada vez más húmedo que se siente allí abajo y...

—Este es tu vagina —dice, moviendo lentamente los dedos y enviando chispas de placer caliente por su columna, haciendo que los dedos de sus pies se curvan. Cada deslizamiento se hace más fácil ya que esos dedos están cubiertos con una capa más cálida—. ¿Ves con qué facilidad he moldeado tu cuerpo para tener una? ¿Ves con qué facilidad tu cuerpo aceptó mi magia para que yo hiciera esto?

O J E P S EDonde viven las historias. Descúbrelo ahora