4.- Ignorar, ley del hielo

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Un día después, Shin intentaba averiguar que le pasaba a su pareja no le gustaba esa actitud de Daishinkan. Probablemente pensarían que Daishinkan era así, y en parte es verdad, pero para Shin no. Algo en él le gritaba que Daishinkan no era su Daishinkan o al Daishinkan que el conoció. Cuando lo miraba lo sentía de otra manera, cuando lo besaba sentía un sabor amargo y frío recorriendo cada parte de su cuerpo, se tensaba y quería alejarse. Pero pensaba que exageraba.

—Dai...quisiera preguntarte algo–musitó el menor colocándose a un lado de su pareja, pero no recibió respuesta.

Volvió a intentar una vez más y lo mismo sucedió. Solo veía esos papeles en la mano.

—Dai...Dai te estoy hablando...Dai.

Shin le quitó los papeles pero para eso tuvo que levitar un poco y pudieron verse frente a frente, el menor pensaba que así tal vez Daishinkan le respondiera pero no fue así.

—Dai...yo

Daishinkan lo evito y solo paso por su lado saliendo de aquella habitación donde se guardaba informaciones importantes y todo frente a la atenta mirada de shin, el menor sintió una tristeza, una gran tristeza. Luego también salio de la habitación dejando los papeles sobre la mesa.

Fue donde los Zeno-zama, estos se encontraban jugando frente a Daishinkan. Shin llego hasta ellos y Daishinkan parecía notarlo y luego se fue dejando a un Shin nuevamente triste. Ambos Zeno-zama se dieron cuenta y se acercaron al menor que se abrazaba así mismo intentado no llorar.

—Shin...¿Estás bien?

—¿Están bien tú y Daishinkan?

El menor no respondió, solo se abrazaba así mismo.

—Zeno-Zama puedo ir a mi universo–pidió Shin.

—Pero...

—¿Por qué te vas?–preguntó el del futuro.

—Por favor–volvió a pedir pero esta vez con unas cuantas lágrimas, ambos Zeno-zama tuvieron que aceptar y el menor se fue de inmediato. Daishinkan luego apareció con otros papeles en mano.

—Oye–llamó el del presente, Daishinkan despegó la vista de las hojas para verlo–¿Qué pasa entre ustedes dos?–preguntó.

—No es normal la actitud Decaída de Shin si–declaró el del presente.

—No se a que se refiere señor–señaló Daishinkan sin entender.

—No queremos ver a Shin así sí–dijeron ambos–Hací qué te ordenamos para que lo vallas a buscar y solucionen su problema que tienen.

—Pero señor.

—Ningún pero gran sacerdote, Shin es muy importante para nosotros y no queremos verlo triste–Sin comentario alguno ambos Zeno-zama están firmes en su decisión.

Daishinkan sin poner queja fue a buscar a Shin al universo siete, el menor por otro lado se encontraba en el palacio de Bills. Mismo donde el ángel lo recibió y lo llevo con él.

—Chico que sorpresa a que debo el motivo de tú tan repentina visita–dijo Bills y luego Shin lo abrazo llorando en su pecho, esa acción sorprendió tanto a Bills como a Whis—¿Chico que te sucede?.

—No quiero hablar señor Bills.

—Iré por un poco de agua–dijo Whis para ingresar al interior del palacio.

—Chico puedes confiar en mi, dime que te pasa.

—y-yo...bu-bueno lo que pasa e-

—Querido que bueno que te encuentro–Daishinkan había aparecido, luego al ver lo tan cercano que estaba Shin y Bills se sintió molesto pero lo supo ocultar–Tenemos que hablar querido.

—Ahora quieres hablar, después de que me ignoraste.

—Justamente de eso quiero hablar, pero volvamos este no es el lugar donde podamos hablar. Por favor

Shin aceptó y ambos se fueron, Bills se quedo muy intranquilo pero no podía hacer nada. No podía hacer nada más que ser un espectador. Volvió al interior del palacio con un mal sabor de boca.

Daishinkan llevo a Shin a un mundo donde solo había mucha naturaleza, un gran prado extenso lleno de flores, el cielo azul era un hermoso contraste con el paisaje.

—¿Puedo saber por qué acudiste a Bills?–le preguntó Daishinkan.

—No lo hubiera hecho si tu no me hubieras ignorado–declaró Shin.

—Pero no tenias el por qué acudir a él–señaló.

—Y tú no tenías por que ignorarme.

—Querido no quería ignorarte.

—Pero lo hiciste Dai–le dijo triste Shin con una lágrimas–sabes muy bien que soy sensible en esos aspectos.

Daishinkan llevo una mano a la mejilla de Shin para limpiar las lágrimas del menor y luego dándole un beso en la frente lo abrazo.

—Lo había olvidado querido–lo miro a los ojos–puedes disculparme–dijo y se detuvo par hacerle una leve caricia en la mejilla–No quería ignorarte pero los trabajos me tienen abrumado y cansado.

El menor dudó pero al ver a su pareja termino perdonándolo

—Esta bien Dai...

—Gracias querido.

No puedes creer algo así
Son sólo escusas y pretextos...

Frase de Lord_199

ViolentóMetroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora