EL DESEO DE NADIE

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Las personas en sus casas se asomaban por la ventana próxima a la calle a observar qué era lo que ocurría; un grupo de jinetes uniformados asediando al par de fugitivos que estaban solo a un par de cuadras de llegar al muelle. El más joven, era llevado de la muñeca consciente que debía ser entregado, y el otro, su padre, negándose a esta idea.

-¡No te detengas Lorent! -Dijo con respiración agitada, entretanto miraba de reojo hacia atrás y mantenía los pasos acelerados junto a su hijo.

-¡Alto ahí! -se escuchaban a los uniformados cada vez más cerca- ¡Que no escapen!

Doblaron por la esquina más cercana y no muy lejos visualizaron el inicio del canal donde se encontraba el bote que buscaba su padre. Un grupo de personas con el mismo uniforme de aquellos que los perseguían desde más atrás aparecieron por una calle de los costados con la intención de interceptarlos.

-¿Es ese el bote?

-Sí -respondió su padre entre jadeos, pero sin dejar de mirar al frente.

Un arma cargada y lista para disparar se asomaba por el tejado de una torre, apuntando directamente hacia ellos; una mirada fija, respiración controlada y los dedos puestos para apretar el gatillo...

"Se puede evadir la realidad, pero no las consecuencias de evadir la realidad".

Ayn Rand.


Un día antes.

Las puertas de una sala se abrieron. Lorent, quien vestía un abrigo y un vendaje en el brazo izquierdo, recibió una serie de recomendaciones médicas de un especialista en realizar el Examen EPS-15, mientras se dirigían a la sala de espera donde estaba su padre.

-Veo que comprendes la importancia de este examen -comentó el médico al mirar su reloj-, fuiste de los primeros en llegar.

-Mi padre insistió en llegar temprano, me dice que no tendré un examen más importante que este en mi vida -Respondió el joven pasándose la mano por el cuello y dirigiendo su mirada al final del pasillo que daba paso a la sala de espera.

-Y tiene razón, aunque imagino que también hay nervios de por medio, pero descuida, es normal.

Este día, el personal de salud iba a tener más trabajo que de costumbre. Las enfermeras, que transportaban los instrumentos para preparar los exámenes, se cruzaban rápidamente por los pasillos con rostros que reflejaban cansancio y nerviosismo. El evento más importante en cinco años había llegado, y el centro médico debía estar listo para recibir a miles de jóvenes durante la jornada.

-Hasta aquí te puedo acompañar, tengo trabajo que hacer.

Lorent agradeció al médico con un gesto y se dio media vuelta para dirigirse a la sala donde se encontraba su padre. Sin embargo, antes de avanzar unos pasos, la voz del hombre de bata blanca le detuvo en seco.

-Joven, envíale saludos a Samuel -Lorent se giró, asintió con una mirada confundida y reanudó su camino.

Samuel estaba sentado junto a unas pocas personas que habían llegado recientemente, leyendo el periódico nacional que más vende, "La Quinta Verdad". Todas las noticias se centraban en un tema en particular, y parte de la información del periódico decía:

Hoy es un día muy esperado, en el que comenzará el proceso para conocer a la siguiente generación de Arion. La cifra del último censo indica que un total de 17.200 jóvenes de aproximadamente 15 años podrán realizar el examen desde las 7:30 horas en el hospital Raven. Los resultados serán entregados a partir de las 6:00 horas del día siguiente. Esta vez, de no ser posible conseguir el...

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