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Un nuevo día donde Peat tenía que soportar las burlas de sus compañeros, donde tenía que agachar su cabeza para que no vean sus lágrimas.

Pero hoy iba hacer diferente, hoy sería su primer día donde tendrá un compañero o mejor un amigo en quien confiar y a quien contarle cosas.

Thittipong Fort ahora iba hacer ese amigo en quien confiar, con quien podría salir a divertirme o desvelarme platicando.

Fort había prometido ser ese amigo que nunca tuvo.

En este momento Peat se encontraba en el baño limpiándose la camisa que le había caído un poco de comida y Fort se encontraba hablando con su madre para decirle que iba a llevar a un amigo a su casa ya que le iba ayudar con una tarea que no le entiende, a lo cual su madre acepta.

Thittipong no era una persona que llevaba a sus amigos a su casa sólo a Boss quien era su mejor amigo y él ya era como su hermano.

[...]

Después de unos minutos Peat salió del baño para buscar a Fort, pero detuvo su caminata ya que se encontró con Thittipong recargado en los casilleros que estaban cerca del baño y entretenido con su teléfono.

A manera lenta se acercó a Fort y cuando el alfa siente el aroma de Peat alza la mirada y le regala una sonrisa que Peat correspondió.

— ¿Listo? — preguntó parándose derecho.

Peat asintió — Sí ya estoy listo, sólo le tengo que decir a mi papá que voy a ir a tu casa — dicho eso Peat iba a sacar su celular pero Thittipong lo detuvo.

— Él me mandó un mensaje ya que necesitaba unos papeles que se me olvidaron entregar, pero ya le mande el archivo y le comenté a tu padre y él aceptó — explicó de manera rápida y sin pausas.

Peat sonrió y asintió — Bueno voy a confiar en ti y no le voy avisar — empezaron a caminar hacia la salida.

Fort sin ninguna vergüenza agarró la pequeña y gordita mano de Peat, el omega sorprendió por ese acto volvió a ver a Fort pero este solo le regaló una sonrisa.

Peat por acto se sonrojó y bajó tímidamente su cabeza.

Fort dio un apretón él la mano de Peat y el omega alzó la cabeza para ver a Fort.

— Venga, sube al auto — le pidió amablemente Fort.

Peat hizo caso y subió, Fort se apresuró para subir al auto.

— ¿Está muy lejos tu casa, Forti? — preguntó Peat.

— Bueno se podría decir que sí, es unos treinta minutos en auto y- — no pudo terminar ya que su celular empezó a sonar repentinamente.

Fort soltó un suspiro — ¿Puedes revisar qué dicen los mensajes, por favor? — preguntó Fort viendo la carretera.

Peat alzó dudoso agarró el celular de Fort pero antes de prenderlo el alfa habló.

— Es mi mamá, de seguro quiere que pase a comprar algunas cosas — aseguró Fort.

— ¿Cómo sabes que es tu mamá? — preguntó algo sorprendido.

— Es que mi mamá me dijo que así podría contestar rápido sus mensajes — comentó para después explicar otra cosas.

— Bueno tu mamá dice que si podrías ir a la tintorería por un vestido que dejó en la mañana — leyó los mensajes.

— Está bien, espero y no te moleste hacer una parada antes — comentó tranquilo.

— Está bien, así podré comprar algo para comer — Peat contestó.

Dicho eso, Fort agarró otra ruta para llegar a la tintorería.

[...]

Después de pasar por ese vestido y comprar unas botanas para los dos y tener una mini pelea por quien pagaba, está claro que Fort pagó.

Llegaron a la casa de los Thittipong.

— Antes de entrar Peat tengo que decirte algo — dijo Fort — Mi mamá suele ser muy mimada y suele ser muy gritona — comentó abriendo la puerta de su casa.

— ¡Fort, mi vida ya llegó! — se escuchó una voz de mujer.

— Ya llegué, madre — dijo tranquilo dejando pasar a Peat.

Después de caminar hasta la sala, Peat vió a una hermosa mujer un poco más alta que él.

— Mi vida que bueno que llegas, te estaba esperando para poder comer — dijo sin levantar la vista de su celular — pasemos a la mesa.

Cuando dijo eso la señora Thittipong alzó su mirada y vio a un hermoso omega de estatura baja y muy tierno.

— ¿Mi vida, quién es este hermoso omega? — preguntó sonriendo acercándose a Peat.

— Es hijo del señor Azaka y le voy ayudar a estudiar para un examen que es de la materia que no entiende mucho — le explicó Fort.

— Mucho gusto, señora Thittipong — saludó Peat — Mi nombre es Peat Wasuthorn — se presentó con un sonrojo notorio.

— ¡Pero que tierno este omega, me encanta, se ven muy lindos y ni de decirse de cuando tengas bebé! — exclamó emocionada.

Fort se ahogó con su propia saliva y Peat se sonrojó hasta el tope.

— ¡Mamá, por favor! — exclamó Fort después de recuperarse de esa tos.

Peat preocupado se acercó a Fort a preguntar si estaba bien y el alfa asintió regalándole una sonrisa.

— Mejor pasemos a comer, madre — el único alfa pidió lo que la omega asintió.

Gordito Wasuthorn // FortpeatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora