•5

381 45 15
                                    

Minho se encontraba en el techo de un edificio.

¿Qué hacia ahí? Claro está, ya estaba harto. Hacía un momento, otra vez lo estaban acosando. ¿Qué tenía que siempre le acosaban? No saben, pero por eso está ahí, necesitaba aire fresco.

Decir que estaba bien era mentira, se sentía fatal. Estaba cansado, le dolía el cuerpo, estaba lleno de moretones, golpes y tenía claros rastros de violación en su cuerpo. Nadie le mostraba afecto, nadie lo quería, todos lo trataban mal, siempre le recordaban que sólo servía como un estúpido agujero. Nadie lo trataba como humano.

Sólo Han Jisung.

Pero llevaba muy poco conociendolo, y Minho no era alguien que agarrara confianza tan rápido por obvias razones, así que aún no podía decir nada de Jisung.

Entonces no tenía a nadie, estaba solo.

Se recargo en la barda que estaba en la orilla del edificio, viendo la ciudad de mierda en la que vivía. Odiaba todo, enserio, quería morir de una vez.

Se sentó en aquella barda, con los pies al aire libre. La verdad no sentía miedo, si se caía de ahí por "accidente" sería perfecto.

Un golpe resonó por la habitación de Jisung, seguido de un pequeño chillido de su madre

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un golpe resonó por la habitación de Jisung, seguido de un pequeño chillido de su madre.

⏤Cariño.. Creo que ya nos estamos pasando ⏤dijo la señora, viendo como sangre salía de los labios de su hijo, hasta de la nariz.

Pero Jisung no lloraba, no sentía nada, ya estaba muy acostumbrado a los golpes de su padre.

⏤Se lo merece, maldito maricón ⏤escupió su padre con odio⏤. Aparte de ser una decepción, salió homosexual. Increíble que a mi hijo le guste que le den por el culo.

Jisung soltó una risa sarcástica.

⏤Corrección, padre ⏤su voz salía ronca, pues la sangre no le dejaba hablar bien⏤. Yo les doy por el culo.

Otro golpe cayó, esta vez en el estómago de Jisung.

⏤Cariño.. ⏤dijo la señora Han, asustada por ver la sangre.

⏤Estoy tan decepcionado de ti. ¿Por qué no puedes ser como tu hermano? ¡Él ya me presentó a su futura esposa! ⏤le grito su padre, y Jisung volvió a reír.

⏤Pronto yo te traere a mi futuro esposo, padre ⏤dijo sarcásticamente.

Y otra vez, su padre lo iba a golpear, pero su madre lo detuvo.

⏤Vámonos, cariño ⏤el señor Han suspiro, pero hizo caso y salió de la habitación.

Jisung pensó que su madre tendría un poco de compasión, pero se equivocó.

⏤Eres una decepción, Han Jisung ⏤dijo en tono enojado antes de salir de la habitación.

El pelinegro volvió a reír, sintiéndose estúpido. Bien, su padre lo había descubierto. ¿Cómo? Fácil. Casualmente el señor Han iba pasando por el parque donde estaban Minho y Jisung, y los encontró besándose. Lo que al pelinegro le sorprendió es que no les interrumpió ni dijo nada en ese momento, hasta ahora.

Se dirigió a su baño personal para lavarse la cara. Quería salir a distraerse, y claro que no saldría con ese aspecto.

Se fue caminando, sin que sus padres se dieran cuenta. Iría al lugar al cual siempre iba cuando se sentía frustrado.

Era una mierda, todo. Ya no aguantaba a sus padres, la vida que llevaba, quería morir de una vez. Pero había algo que lo detenía ya de hacía un mes, y sí, ese algo era Lee Minho.

Ese chico bonito de cabello blanco. Aveces se preguntaba: ¿cómo era que aún no se le veía sus raíces negras? Su cabello siempre era completamente blanco, y dudaba que se lo retocara.

Era extraño, después se lo preguntaría.

Quería verlo, que al parecer Minho no podía en ese momento. Necesitaba ver sus bonitos ojos miel, los cuales siempre estaban perdidos. Nunca había rastro de felicidad en ellos, más que cuando le decía cosas bonitas.

Eso lo ponía triste, no le gustaba ver tristeza en los ojos de su estrellita. Pero no era de su incumbencia, no se podía meter en la vida personal de Minho.

Al llegar al edificio al que siempre iba, subió hasta el techo. Le gustaba estar ahí ya que tenía a la vista toda la ciudad, y si se quería suicidar lo podía hacer.

Pero esta vez no era el caso.

Al llegar, abrió la puerta para entrar a ese gran techo, que sólo es protegido por unas bajas bardas. Miro a todos lados, mientras su negro cabello danzaba junto al aire. Suspiro, cerrando los ojos y caminado hacia adelante.

Cuando abrió los ojos, pudo visualizar una figura parada en la barda de la orilla, mientras uno de los pies del chico se balanceaba en el aire. Al parecer tenía malas intenciones, las mismas que sí mismo tenía hace un tiempo.

Se acercó un poco más, lentamente, viendo que aquel chico tenía una brillante cabellera blanca. Se sorprendió por eso, recordando de inmediato a Minho.

No podía ser él, ¿o sí?

Al acercarse más, pudo ver mejor el cuerpo del chico. Piel blanca, figura estrecha, piernas largas y muslos gruesos. Se parecía tanto a Minho.

Alto. ¡Era Minho!

⏤¡Minho! ⏤le grito, pero hacia tanto aire que el chico no escuchó.

Comenzó a correr. En ese miento odiaba que el techo fuera tan grande.

El de cabellos blancos sólo miraba hacía abajo, indeciso en si hacerlo o no. Dejaba que su pie sólo danzara en el aire. Y justo cuando iba a hacerlo, se iba a aventar, ya hasta se estaba inclinando, una mano lo jaló hacía atrás.

Y de repente, unos fuertes brazos lo rodearon.


•𝘚𝘵𝘢𝘳 ᴴᵃⁿᵏⁿᵒʷ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora