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Habían pasado 3 días de aquel encuentro inesperado, 3 días desde que soojin no había querido salir de su cama. Ni con los gritos amenazadores de su padre la  sacaron de ahí.

–Soojin, habré no has comido nada– susurro una voz dulce al otro lado de la puerta.

–No tengo hambre puedes llevartelo –Exclamó la pelinegra sin pararse de la cama.

–Estoy cansada, ¿Cuando será el día que mi padre deje de golpearme? ¿Se  cansara algún día y dejara se hacerlo?– Susurro la pelinegra para ella misma.

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En otra parte en ese mismo momento...

–No puedo creer lo que me hizo –Sollozo la castaña.

–No pienses en eso– respondió el pelinegro.

– Pero, nunca pensé que fuera verdad todo lo que decían de ella.. –Respondió la castaña

–No lo es,  yo la conozco desde siempre y debe de aver una razón por la que ella lo hizo, seguramente está arrepentida y  pronto vendrá a pedirte una disculpa –Afirmo el pelinegro.

–Con una disculpa no se soluciona todo el daño  que me hizo pasar, no sabes cuanto sufri en mi otra escuela – Sollozo la castaña.

Lo entiendo– dijo el pelingro mientras se asercaba a la castaña para tranquilizarla.

–Suho –Pronunció la castaña

–¿Que?–Respondió el mientras le sonría.

– Te amo– respondió la más baja.

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La pelinegra seguia sin siquiera pararse de la cama, seguía con un dolor inmenso en el pecho... Seguía con la angustia que si salía, su padre la golpearia hasta más no poder.

Cuando porfin salió de su habitación se encontró con la grata sorpresa de que su padre no se encontraba en casa con eso suspiro aliviada y aprovecho a salir  a comprar comida a el puesto más cercano.

Mientras caminaba por las calles oscuras  a lo lejos pudo observar la silueta de cierto  pelinegro que días antes se ofreció a llevarla a casa, podía sentir la tristeza que soltaba aquel pelinegro, tuvo que mirar unos segundos para entender lo que pasaba.

Un chico y una chica hagarrados de la mano al otro lado de la calle, una chica de largos cabellos castaños junto a un pelinegro que era imposible no reconocer era Su oh.

En eso la pelinegra no pudo evitar llorar y  poco a poco fueron saliendo unas lagrimas por forme los  veía,  no podia dejar de mirarlos pero sabía que si seguía sin apartar la mirada, no podria controlarse  a sí que clavo su vista donde cierto pelinegro se encontraba  echado en el pizo llorando, ella sabía cómo se sentía, sabía el echo de cómo se sentía ser rechazado por la persona a la que realmente amabas...

A si que la pelinegra poco a poco fue asercandose hasta donde estaba aquel chico.

–¿Estás bien?– Pregunto mientras se agachaba a su altura

–¿Kang soojin? – pregunto el alzando la mirada.

– Solo quería saber si estabas bien, te ves muy mal y no me gustaría dejarte solo en esas condiciones, podría pasarte algo – respondió la contraria y en eso un ruido llamó su atención, era el estómago del contrario al parecer tenía hambre –

– Si quieres podría invitarte a comer algo, de todos modos eso iba hacer– Continúo hablando.

– ¿Te apetece algo?– pregunte mientras lo ayudaba a parecer.

NO SOY PARA TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora