Bruno
Salgo de mi habitación hacia la cocina a comer un poco del pastel que le dije a mamá que comprara para Danna, especialmente de chocolate, como a ella le gusta. Desde que llegó no he querido salir de la habitación buscando las palabras para explicarle por qué me fui, espero que quiera escucharme aunque se que es muy difícil a veces.
Bajo las escaleras y llegando a la cocina escucho ruidos y voy muy silenciosamente hacia allá. Me quedo de pie en la puerta y veo a una chica con un... ¿pijama de conejito?, rosado y con una pequeña colita. Se quién es, la reconozco sin tener que ver su cara. Es ella, se ve tan sexy con ese pijama. Después de tanto tiempo logro verla, tantos años han pasado desde la última vez. No ha crecido mucho, no le he mirado su cara pero se que es hermosa, siempre ha sido hermosa. Todavía recuerdo nuestro beso a escondidas en su jardín, sus labios sabían tan bien, ahora deben tener un sabor más delicioso. Aún no se da de cuenta que estoy aquí así que decido hablar.
— Dan... —Se gira y pum, me ve.
— Bruno. —Dice con un tono de sorpresa y algo de... ¿desprecio? No logro interpretar bien como dijo mi nombre. Solo se que al decirlo en sus labios se escucha tan bien...
Camino hacia ella y cuando me paro en frente, da un paso atrás y choca con la nevera.
— Bruno aléjate estás invadiendo mi espacio personal. —Joder no puedo evitar oler su aroma, huele a rosas, huele de maravilla— Se que es tu casa y todo pero tenía hambre y tu mamá me dijo que compró un pastel, así que decidí venir y comer.
— Yo le dije para comprarlo de chocolate, se cuanto te gusta. Hace mucho tiempo quería que vinieras para hablar.
Seguimos muy cerca, puedo notar unas pecas que ya conocía, desde pequeña las tiene, y no miento, se ve genial con ellas.
— Bruno, no quiero hablar contigo, desde ahora te dejo claro que no me debes explicaciones, si no lo hiciste hace años ahora no tienes el derecho de hacerlo. Alejate y dejame comer tranquila por favor. —Se ve enojada y aún así sigue siendo hermosa, pero a como de lugar tengo que explicarle lo ocurrido.
— Dan, solo quiero decirte la razón por la que me fui, no espero que me perdones...
Y de repente una mano golpea mi cara. Joder, tiene fuerza. Siento mi mejilla ardiendo del dolor.
— Lamento haber tenido que recurrir a la violencia, pero creo que ya te he dejado claro lo que quiero, no tienes que explicarme y no quiero escucharte, mantente alejado de mi. —Deja el plato en la mesa y junto a él, el cuchillo— Me voy, ya no tengo hambre.
— Dan espera —La tomo del brazo, no puedo dejar pasar esta oportunidad, carajo pero es demasiado cabezota.
— ¡Qué me sueltes te he dicho ya! No quiero saber de ti, ya no existes para mi. Te odio Bruno Wood. Jamás te perdonaré el haberme abandonado.
Se suelta de mi agarre y sale corriendo escaleras arriba. ¿Y qué hago yo? Nada.
Ha dicho que me odia. Esto no puede estar pasando, yo sabía que a la primera no me iba a dejar explicarle pero nunca pensé que diría eso. Joder yo sabía. Ay Dan, que hice. Si supieras la verdad no actuarías así...
Se que tenía hambre y por mi culpa no ha comido. Le llevaré un trozo de pastel a ver si quiere comer. Agarro el cuchillo y pico un pedazo, lo coloco en el plato y subo hasta su habitación. Me quedo pensando en si toco la puerta y le dejo el pastel en frente o se lo doy yo mismo. Mejor me quedo con la de dárselo yo.
Toco la puerta con tres suaves golpes.
— Dan, lo siento, se que tienes hambre así que por favor ten este pedazo de pastel y come. No quiero que pases hambre por mi culpa y no me iré hasta que lo cojas. —No habla, no se escucha nada— ¿Dan? ¿Estás ahí?
Como no responde decido entrar. Abro con cuidado la puerta, y no la veo por ningún lado. Debe estar en el baño, me acerco a la puerta y pego la oreja en ella, se escucha la ducha, no se por qué se estará duchando a esta hora, podría resfriarse.
Coloco el pastel en la mesita de noche y me dispongo a salir de la habitación, me doy media vuelta, no sin antes mirar de nuevo el hermoso cuarto que yo mismo me encargué de prepararle, con sus colores favoritos. Es el cuarto con el que ella siempre soñó. Miro hacia la puerta del baño una vez más y... ¿¡qué cojones!?
— ¡Bruno cierra los ojos! —Demasiado tarde como para eso.
Me quedo mirándola, esta desnuda,con su pelo castaño húmedo. Sus ojos me miran con horror y los mios la miran con deseo. Joder, está hermosa. Sus pechos no son muy grandes pero aún así tengo ganas de perderme en ellos. Sigo con los ojos sus curvas hasta llegar a su parte íntima, y que decirles, si ella es hermosa eso me ha vuelto más que loco y sus nalgas, dios mio que delicia. Salgo de mis sucios pensamientos cuando ella coge una almohada y me la lanza. Su cara llena de furia y roja como un tomate de la verguenza (que no debería tenerla, ya que ella es una obra de arte tallada por los mismísimos dioses del olimpo).
— Bruno te dije que cerraras tus ojos. Sucio, no se que haces en mi cuarto. Maldito pervertido.
Me giro para que se vista
— Bueno Dan, lamento lo ocurrido, solo venía a traerte un trozo de pastel para que no pasaras hambre. —Respondo y le señalo el trozo de pastel en la mesita, además le respondo con la verdad, pues es a eso a lo que venía— Yo no tengo la culpa de que tú salgas de la ducha sin ropa.
— Bueno querido Brunito, esta es mi habitación por si no sabías, así que salgo de la ducha como yo quiera. Y ahora vete, ya has visto bastante.
— Y mira que si vi bastante y con las mismas ganas quisiera probar.— Creo que lo dije demasiado alto —Disculpa, son pensamientos en voz alta.
— ¡¡Bruno!! No digas eso. Tú y yo no somos nada. Ya te dije que te vallas.
— Vale, me voy, pero a terminar lo que tú empezaste. —Cierto que voy a terminar, por tu culpa estoy más duro que una roca— Hasta mañana conejita.
Me giro hacia ella que ya está vestida con un vestido más sexy todavía, la miro con una sonrisa ganadora, con algo de perversión y salgo de la habitación. Cierro la puerta y joderrrrr está buenísima. Se que de cara es bonita, pero su cuerpo ya es otro nivel.
Entro a mi cuarto, cierro la puerta y voy al baño, a terminar esto de una vez, ya no doy más mi miembro está hinchado y con ganas de entrar en ella.
— Ay conejita, ¿qué me has hecho? Mira lo que tengo que hacer por tu culpa. Algún día, antes de irte me las pagarás. Ya verás conejita, ya verás...
...
Y yo sin palabras con este capítulo.
En serio, sin palabras... 🤐Solo me queda decirles que ya empezó el juego...😈
A divertirse!!!❤️
![](https://img.wattpad.com/cover/366767235-288-k60153.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Tus besos bajo la Luna +18
Novela JuvenilDanna era a penas una niña de diez años que perdió a su padre cuando más lo necesitaba. Tenía un mejor amigo y amor de su infancia, Bruno. La llegada de esa mala noticia y el ir y no encontrar a esa persona tan especial en su vida son el detonante q...