Capítulo 55

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Valentina

Lo que Juliana estaba diciendo me dejó pensando, aquellas tierras también formaron parte su familia y sería una manera de recuperarlas

- no creo que mi padre quiera venderte la hacienda

Juliana: veremos la forma de comprarla, un comprador anónimo

Valentina: tal vez, esperemos a que Santiago llegue mañana y tal vez él pueda ayudarnos

Juliana: si morrita, no te preocupes, la hacienda será tuya

Valentina: sabes, tengo antojo de un pastel de chocolate

Juliana: aaay no morrita, no empieces por favor, mira la cama está muy calientita, puedo darte un postre mejor (comencé a besar su cuello)

Valentina: ¡no!, tus bebés y yo queremos una rebanada de pastel del chocolate

Juliana: estamos en un pueblo, ¿en dónde quieres que consiga una rebanada de pastel de chocolate?

Valentina: no lo sé, pero tus hijos y yo lo queremos, prepara uno

Juliana: ¿sabes cuánto tiempo llevará?

Valentina: no lo sé y si te tardas más se me antojara otra cosa

Juliana: ¡Valentina no tengo los ingredientes y no se hacer un jodido pastel de chocolate!

Valentina: ¿por qué me gritas? (mis lágrimas comenzaron a salir) no tienes por qué gritarme

Juliana: perdón, no llores, no fue mi intención

Valentina: dijiste que nada nos faltaría

Juliana: y no les va a faltar nada, pero de verdad es imposible conseguir eso ahora aquí

Valentina: entonces quiero leche con chocolate (Juliana limpio mis lágrimas)

Juliana: está bien morrita iré por ello a la cocina

Valentina: Juls

Juliana: ¿que pasó?

Valentina: y galletas

Juliana: ok

Íbamos a tener problemas con el tema de los antojos y el tema de sus explosiones, la doctora nos dijo que esos cambios ocurrirían, que estaría más sensible, irritable, antojadiza y a mi todo me daba náuseas, entre a la habitación con su leche con chocolate y sus galletas y mi morrita ya dormía estaba próxima a cumplir tres meses y también comenzaba a dormir mucho, de lo que no me podía quejar era de su sensibilidad y deseo sexual se volvía una loba en la cama y eso me encantaba, siempre y cuando ella quisiera, por qué comenzaba a ver días que ni siquiera podía tocarla.

Al día siguiente Santiago llegó y lo invite a comer a mi casa, esa era una costumbre que teníamos, ambos habíamos forjado una amistad, y esperaba que está aún continuará.

Santiago: así que te tomaste muy enserio el papel de cuidar a mi hermana jeje

Juliana: jaja sabes que me gusta hacer bien mi trabajo

Santiago: lo sé y me alegra que ella esté contigo, por qué te juro que cada idiota que se conseguía

Valentina: oye deja de hablarle a Juliana de eso

Santiago: pero es que ella tampoco se queda atrás, recordemos a esa tal....

Valentina: esa tal nadie, esa ya se murió y si no la mato yo cuando la vea

Un amor diferente (Juliantina AU) G!P - AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora