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Corrió lo más rápido que pudo. Alexia estaba llegando tarde al trabajo de medio tiempo que había conseguido con suerte, luego de prácticamente rogar para que le dieran esas horas de trabajo para poder seguir estudiando.

Se maldecía internamente por haber apagado la primera alarma.
Llegó totalmente agitada, lo había dado todo en esa corrida.

Ya estaba pensando en sus primeras disculpas del primer día de trabajo.

Entró a la cafetería y sus compañeros le sonrieron.

—No te preocupes. Te cubrimos— ella sonrió, totalmente agradecida.

Dejó sus cosas en el locker que tenía su nombre, se hizo una coleta algo desordenada y se puso el delantal que le dieron.

Su compañero comenzó a darle las indicaciones. Este primer día estaría en caja.

Como los lunes no tenía clases, entonces optó por un horario completo, de mañana y tarde. Así que le tocaría hasta el cierre de caja.

Todo era por una buena causa. Seguir solventando sus estudios y poder ayudar con el tratamiento de su madre.

El día empezó a ajetrearse, el café no era tan concurrido pero tenía una hora pico. Todos se miraban cansados, y eso que era el primer día de la semana.

Llegando las 11 de la mañana, una mujer de cabello rubio corto entró a la cafetería.

—Buenos días. ¿Me permite tomar su orden?— atendió amablemente.

—¿Me podrías dar dos capuccinos y una café cortado? Más dos croissants— Alexia anotó todo en el monitor, prestando atención al detalle del acento de la mujer.

—¿Algo más?— la mujer negó y le pasó su tarjeta— Día agotador, ¿no?

—Oh, ni te imaginas, cariño. Por favor, que ese café sea lo más fuerte posible.

—Dicen por ahí que no hay nada que el café no arregle, hasta un poco de un día duro— la mujer sonrió.

—Tienes toda la razón. ¿Cómo te llamas?—preguntó interesada, fijándose si no habían más clientes.

—Alexia Scorcesse, mucho gusto— dijo con una sonrisa.

—Susie Wolff— la mujer se quitó los lentes y le pasó la mano— Agradezco tu amabilidad, mi día está siendo del olvido.

Alexia sonrió mientras empaquetaba las cosas.

—Le digo lo mismo. Espero que su día de un giro inesperado, y lo acabe con una sonrisa. Agradecemos su preferencia— le pasó su pedido.

Susie Wolff la miró con una sonrisa agradecida.

—Gracias a ti.

Salió de la cafetería. Cinco segundos pasaron para que Liam, su compañero apareciera a su lado.

—¿Sabes quién era esa mujer?— le preguntó y Alexia negó.

—Susie Wolff, esposa de Totto Wolff. El director de Mercedes en la Formula 1. ¿no ves la F1?— ella negó.

—Solo conozco a Fernando Alonso— admitió apenada— Mi padre si veía pero nunca le seguí el hilo.

—Pues te recomiendo que empieces a adentrarte a ese deporte. Los de Mercedes siempre vienen aquí— ella asintió algo confundida.

Las horas pasaron hasta llegar a la de cierre. Sus compañeros luego de limpiar todo, comenzaron a irse. Al hacer el cierre de caja, sería la última en irse.

Quedó sola en la cafetería y se dirigió a la puerta para poner el cartelito en "Closed".

Al sonido de Ariana Grande, comenzó a hacer el cierre.

El reloj marcaba casi las 20 horas cuando unos golpes en la puerta la sobresaltaron.

Ella miró algo asustada y vio a un hombre de tez morena, encampuchado y con lentes de sol.

—¿Lentes de sol? Es prácticamente de noche— murmuró.

El hombre vio que ella lo vio y le hizo un gesto de saludo y luego uno de por favor.

No muy convencida se acercó.

—Si me roban en mi primer día sería el primer gran plot twist de mi vida— desllaveó la puerta.

Finalmente, la abrió.

—Hola. Disculpa, se que ya no están en horario de trabajo pero me haría bien algún smoothie o algo que tengan. Recién he salido de entrenar y aquí es el único lugar donde tienen cosas veganas en la zona— ella recordó que habían quedado algunos muffins.

Que se los iba a llevar, si otro fuera el caso.

—Sí, pasa. Creo que quedaron unos muffins de la sección vegana y el smoothie te lo puedo preparar si es que puedes esperar.

El hombre sonrió y se sacó la capucha con los lentes.

La atención de Alexia fue llamada.

—Sin problema. No tengo apuro— Alexia se hizo a un lado y lo dejó pasar.

—Toma asiento, enseguida te llevo tu pedido— él asintió y la observó irse.

Ella no sabía quién era él.
La vio perderse por lo que creía era la cocina.

Agarró su celular para matar el tiempo hasta que ella apareciera de vuelta en su campo de visión. Pronto lo guardó.

Quería hablarle, entonces se paró y fue hasta el mostrador.

—Lamento que te retrases más en irte por mi pedido— dijo con la esperanza de que lo haya escuchado.

Varios segundos pasaron, el hombre se resignó rápidamente.

—No te preocupes. Es mi primer día— apareció con una sonrisa y con los muffins en mano— Esto lo que sobró— dijo apenada.

—Oh, ni siquiera te preocupes, es mi culpa por haber venido tarde pero es más que suficiente— dijo rápidamente al ver su cara.

—¿Cuál sería el sabor de tu smoothie?— él dirigió su mirada al cartel con sabores.

—Mango— ella asintió y comenzó a prepararlo.

El moreno la miró con más detalle. Cuando se dio cuenta que la estaba mirando muy fijo, trató de disimular.

—Entonces... ¿primer día?— ella asintió, más concentrada en la preparación— ¿Y que tal?

—Bien. Además de llegar tarde, creo que bien— comentó divertida.

Él sonrió— A todos nos ha pasado.

Ella asintió y terminó de servir el smoothie— Aquí tienes.

—¿Podrías poner los muffins en una bolsita? Llevaré el pedido, no quiero hacerte perder más tiempo— dijo algo apenado y ella lo miró.

Era un hombre que parecía ser bastante educado e interesante.
Él también la miró, se dio cuenta de sus ojos color miel.

—No te preocupes, en serio, aún me falta para hacer el cierre— señaló la caja.

—Tranquila, puedo comer en el auto— ella asintió y le cobró.

—Gracias por tu compra— ambos se sobresaltaron por otros golpes en la puerta— Es mi jefe. Viene por la llave.

Él asintió y vio que el hombre entraba mirándolo con sorpresa.

Alexia levantó las cejas pero decidió ignorarlos. Limpió las cosas e hizo por fin el bendito cierre de caja.

El moreno se quiso despedir de ella pero ya no la vio, decidió irse para de paso ya sacarse de encima al hombre.

Apenas se subió al auto, había decidido que quería volver al local lo más pronto posible.

•••



endgame || lewis hamiltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora