Aquel verano, la brisa, el mar.
Aquel verano, tú, tu sonrisa y tu desinteresada forma de ser.
Aquel verano, yo, y mi manera única de amarte,
Aquel verano, en el que te conocí, ese verano lo sigo recordando, tú estabas ahí, yo estaba ahí, no había nadie mas, creía pensar que eras mío.
Pero como el verano llegó a su fin, también llegó el fin de lo nuestro.
Lo nuestro, que nunca supe si era de los dos, o solo mío, pero a veces me hacías sentir que solo fue mío.
En aquel tiempo, cancelaba los planes, en caso de que llamaras, en espera de que dieras algún tipo de señal, de que yo era la única, de que yo era sólo tuya.
La primera vez que yo era la única para alguien, la primera vez que yo era la elegida, la primera vez que no tenía que esforzarme por ser la indicada, pero cuando el verano llegó a su fin, caí en la oscura realidad, sólo fui una más y tú para mí lo fuiste todo, un verano tan único que ahora sólo vive en mi memoria y para ti sólo fue un pasatiempo.
Sigo perdida en el recuerdo.
Me comportaba tan desinteresada contigo, creo que jamás sabrás lo que ese verano significó para mí, las veces que pensé que en cualquier momento regresarías.
La cantidad de veces que creí que esto sería para siempre.
Pero los para siempre llegan a su fin, como el verano.
Y no puedo decir que te perdí, porque nunca fuiste mío.
Aún así sigo con la esperanza de que regreses cada verano.
