4- Puesta en órbita.

26 7 4
                                    

Para efectuar viajes al espacio es necesario algún sistema de propulsión capaz de imprimir aceleración a los vehículos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Para efectuar viajes al espacio es necesario algún sistema de propulsión capaz de imprimir aceleración a los vehículos. Y debido al vacío del espacio exterior cualquier aceleración deberá basarse en la tercera ley Newton o ley de acción y reacción, la cual indica que por cada fuerza que actúa sobre un cuerpo, este realiza una fuerza de igual intensidad pero de sentido contrario.

Así -de esta manera- es como siento una innegable atracción hacia mi copiloto pero cuando me doy cuenta de la dirección de sus ojos y del tiempo en que se posa sobre mi contorno, un extraño repelús me recubre provocando que me aleje de inmediato.

No debo dejar que me afecten sus miradas de reproche así como también, sus constantes desplantes. Ya no soy más aquel pobre muchacho que cayó completamente enamorado, ahora soy un hombre a cargo de la misión que vamos a llevar a cabo y de cada integrante bajo mi mando. Le guste o no le guste, deberá hacer lo que sea necesario para mantener una distancia lo más cordial posible y yo, trataré de que no interfiera en mis recurrentes pensamientos.

Pero a medida que los segundos suceden y tiembla todo alrededor nuestro, no puedo esquivar esos ojos que me observan con alguna especie de recelo en cuanto tomo el mando de la nave y paso del automático al modo manual, sin dejarme amedrentar por la intensidad de su mirar a medida que espero la estadificación hasta que el motor de la última etapa del lanzamiento termine con su combustible.

Así suceden los minutos, intentando no despegar mi visión del comando y atento a las voces de mis compañeros de vuelo por si alguna falla o percance se me hubiera pasado.

O eso trato hasta que una insistente señal a los diez minutos del despegue llama mi atención de inmediato, entonces, observo a mi copiloto señalar el auricular entre ambos. Pero antes de cualquier maniobra consulto si todo está correcto en cuanto a la dirección y velocidad en la que entramos en órbita. Y solo cuando tengo la certeza de que todos los datos están dentro de los parámetros esperados, habilito la parte del comando que me permite escucharlo.

—¿Qué sucede ingeniero? —cuestiono con toda la calma posible y tratando de que no se note la fluctuación de mi ritmo cardíaco en cuanto me tengo que dirigir a él en un tono todo correcto.

—¿Me estás jodiendo? ¿Qué, qué me sucede?

—Absténgase en su vocabulario, señor.

—¡Pero si serás idiota! — Lanza en un resoplido y me sorprendo a mí mismo al verlo encolerizado y perdiendo la perfecta careta que tiene para el afuera.

—Idiota no ingeniero, precavido. Solo dije la verdad que usted no quiere asumir por "x" motivos, y vaya a saber cuáles serán. A mí, solo me interesa saber si cuento con usted en caso de suma necesidad.

—Pensé que el pasado había quedado dónde debe estar comandante, en el pasado. Pero, por lo visto, estoy equivocado.

—Yo no soy el que generó desconfianza en su comandante, señor. Ignorar a un superior en recurrentes situaciones se podría tomar a mal ¿no le parece?

Dicho esto último, lo observo fijamente, sabiendo que le molesta estar bajo el mando de un comandante menor en edad. Y me he dado cuenta de esto, cuando leyeron nuestros expedientes nombrando mi rango y la fecha de mi nacimiento dejando a todos sorprendidos y a él, con una expresión difícil de descifrar.

—Lo que me falta, tener que aguantar un niñato entre tanto trabajo —suelta entre resoplidos. ¿Y yo? solo me río, ronco y bajo.

—Ya le dije, ingeniero, ya no soy aquel muchacho. Ahora, soy un hombre que sabe muy bien lo que quiere.

"Quiere mantenerse alejado de esos humedecidos labios a causa de esa maldita lengua que sale a cada rato..." Me auto reprocho mentalmente aunque tenga una inexpresiva careta para el afuera.

De inmediato, apago la línea sin previo aviso porque -nuevamente- se me ha quedado mirando y lo que menos quiero es tener que lidiar con alguna respuesta fisiológica, natural y difícil de controlar, dedicándome a trazar la dirección final y nuestro próximo destino; el acople a la estación espacial.

Ahí debemos intercambiar ciertas muestras que vienen desde la Tierra y que han sido analizadas con anterioridad para luego dedicarnos a la exploración "de nuevas tierras" como me gusta denominar. Ya que pensarlo como lo que es realmente, me genera cierto malestar difícil de controlar.

Es que no saber muy bien lo que le deparará a la misión es como tirarte de cabeza al profundo y oscuro océano, con la única diferencia de que éste, no tiene un final. Y si erramos con los cálculos nos quedaremos varados por lo que resta de la condenada eternidad.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Gracias por leer, comentar y votar♥️

The Cosmonauts (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora