Al final del caos o más bien, al inicio de todos los tiempos, el Universo dio comienzo en un punto fijo que se fue expandiendo desde partículas elementales en los primeros milisegundos, hasta formar las grandes galaxias que observamos en el infinito...
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Los últimos minutos de maniobras para el acople a la estación espacial, resultaron en un buen trabajo en equipo conformado por el comandante y su posterior mando en la misión. No siendo así, en la intimidante intensidad que generaban las miradas que -entrometidas- se escapaban desde el tablero hacia la cara del contrario y la resuelta necesidad de ignorarse cada vez que eso pasaba.
Situación que no paso para nada desapercibida por el par de astronautas que testigos de las esquivas miradas se cuestionaban si algo sucedió entre sus compañeros de misión, haciendo que el licenciado en psicología se alerte cuando terminaron el enganche y pudo ver la cara de desagrado en el rostro de uno de los cosmonautas en el momento en que debían darse paso para sellar las compuertas y desinfectarse para el ingreso a la estación espacial.
Pero luego de un ligero cuestionamiento de si todo estaba correcto, el ingeniero químico dió su dedo en afirmación. Dando lugar a una ligera incomodidad de parte del licenciado por no poder intervenir y ayudarlo. Situación que no dejará al márgen de su cuidado procurando prestar más atención. En otro momento consultará a su comandante, ya que es sumamente necesario que tengan sus mentes libres de problemas innecesarios.
Ya dentro, con el oxígeno regulado en micro gravedad, los cascos salieron desde sus puestos para dar lugar al reconocimiento entre los diferentes tripulantes, llenando el recinto de algarabía ante anécdotas mal contadas y alguna que otra falsa risa de parte del ingeniero que sigue en rango.
A unos pocos metros, un taciturno comandante observa el intercambio de palabras de su equipo con los habitantes de la base, llamando su atención, los constantes rojeces que atacaban el rostro de licenciada en ciencias biológicas y la reacción del ingeniero químico de su misión. Y empezando a sospechar que algo más podría pasar en ese par, se acerca con el fin de entablar conversación, sacando el tema de las muestras, su intercambio y posterior conservación.
Momento que dió pie a que uno de los astronautas de la base consulte por una información que les llegó sobre la investigación de los minerales en ciertas áreas de la galaxia. Cuestionamiento a lo cual el implicado en dicho proceso de investigación, contesta que solo es una misión rutinaria. Dejando implantada una duda en el comandante, ya que sabe que nada se hace al azar en una misión semejante.
Luego, las diferentes conversaciones despejaron su mente dejando sus pensamientos de lado hasta que la doctora en ciencias biológicas se retira junto a uno de los residentes para observar un tipo de invernadero que llevan a cabo dentro, y del cual han logrado recuperar ciertos alimentos que no podrían conservar dado a su encierro. Haciendo que el comandante pueda observar las nulas reacciones psicosomáticas del sonriente ingeniero que ni se inmuta cuando la joven se traslada desde el recinto en donde estaba. Por un lado, le parece lo más correcto. Ya que si sucedió o sucede algo entre ellos, no hay reacción de preocupación alguna en el ingeniero.
Lo saca de su absurda preocupación, las palabras del superior de la base, que solicita sus conocimientos en Física, mecánica y matemáticas para una cuestión que -finalmente- logra alertarlo. Un daño en el aislante del cubículo habitacional, claramente, podría aumentar el daño provocado por la inhalación de radiación si es que la misma no entro en contacto con los componentes del recubrimiento para aislar.
De inmediato, Jung Kook solicita los planos sin mostrar mayor preocupación de la necesaria, ya que ellos harán parada y seguirán su misión. Pero los astronautas que quedan varados en la estación en órbita, podrían sufrir daños irreparables si no se alerta de lo acontecido.
Y como se espera que actúe en una situación de riesgo, pide que llamen a su copiloto para ponerlo al tanto del modo que tanto entrenaron. Solo un intercambio de miradas bastó para alertar al ingeniero químico que de inmediato se puso a calcular los parámetros a medida que él, investiga tratando de fabricar un pseudo aislante para la posible perforación.
La cara del cosmonauta local, que preso del encierro y de la desesperación que implica darse cuenta de que están expuestos a grandes niveles de radiación, es un poema difícil de descifrar. Así que mediante un grito, Jung Kook solicita que busquen los materiales que enumera y que de inmediato, se llame al resto del personal.
Extenuantes horas de investigación, prueba, ensayo y error compartieron entre varios de ellos, en donde Jimin, procuraba dar con la mayor exactitud en los resultados de sus proyecciones tratando de que sea el menor, y posible, índice el daño para los habitantes de la estación espacial.
Emitiendo una alerta "urgente" hacia la Tierra, del posible daño por fuga y contaminacion en la base y por ende, el pedido de autorización para búsqueda y rescate del personal.
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