Prohibido || Narusasu

Nadie va a saber que te vi

-"Contesta, que nadie va a saber que te vi"- Pronunció la voz ronca y algo sofocada que se escuchaba en el teléfono de Sasuke.

Sasuke solo endureció su expresión para contestarle -¿Acaso estás loco, estúpido?- gruñó como forma de respuesta a la voz que sonaba a través de su teléfono.

-"Si, pero de amor"- respondió de forma pícara aquella voz que llevaba sonado por el teléfono de Sasuke aproximadamente unos dos minutos.

-¿En dónde estás?- bufó divertido, aguantándose las ganas de reír por lo que había escuchado.

-"En casa de Neji con los chicos. Me arrastraron hasta acá, yo no quería venir, quería ir quedarme contigo."-

-Es viernes, es obvio que iban a querer salir a divertirse-

-"Si, pero ya me les estoy escapando. Voy directo a tu casa, no me cierres tu ventana"-

-Mis papás están en casa, ¡no puedes venir ahora!- Sasuke se levantó alarmado mientras rectificaba que la ventana estuviera abierta. Realmente ya se le había hecho costumbre no cerrarla, y todo para que él pudiera entrar siempre, porque había que admitir que su amado tenía la mala costumbre de querer entrar siempre por la vida. Aunque, en cierto punto Sasuke también tenía que agradecerle esa mala costumbre, si no fuera por eso sus padres y su hermano se podrían dar cuenta de los encuentros que tenía en su habitación a espalda de ellos.

-"Eso nunca ha sido un impedimento para nosotros"- rio de forma burlona.

-Lo sé, pero aveces me preocupa que alguien nos atrape- murmuró Sasuke con cierta preocupación mal disimulada.

-"En vez de andar preocupándote deberías asomarte a tu ventana"-

-¿Qué?, ¿acaso ya llegaste?-

-"Solo asómate, amor"- a Sasuke solo le bastó con escuchar esas palabras para quitarse el edredón de encima y salir de su cama en dirección a la ventana. Al llegar asomó su cabeza y sus ojos se iluminaron al ver ese hombre rubio de ojos azules que se había robado su corazón y autoproclamado dueño de este.

Sus ojos azules parecían botar chispas de lo brillantes que se encontraban gracias el efecto que la luz de la luna daba en él a la hora de iluminarlo, junto al viento que hacía mover su cabellera rubia en diferentes direcciones, dándole cierto aspecto glorioso que enamoraba más a Sasuke.

-Romeo, Romeo. ¿Dónde estás?, que no te veo... Espera, eso se lo decía Julieta a Romeo y yo soy Romeo. No te puedo decir eso. Déjame e inicio de nue-

-Solo sube, Romeo- rio interrumpiendo al rubio, mientras apoyaba sus codos en el marco de la ventana y recargaba su rostro en las palmas de esta para admirar al rubio.

-Hubiéramos empezado por ahí- Le dedicó una sonrisa sincera para luego empezar a trepar el árbol que se encontraba al costado y así subir hacia la ventana. A la hora de llegar a esta, Sasuke se alejó para darle espacio de entrar por el marco. Primero un pie izquierdo, luego el pie derecho, y así hasta entrenar completamente a la habitación donde Sasuke esperaba ansiosamente su llegada.

-Hola- saludo crispando sus labios mientras se acercaba lentamente en dirección del azabache, para luego posar sus manos en la cintura de este y obligarlos a acercar sus rostros.

-Hola a ti también- susurró Sasuke sobre los labios del otro mientras se miraban fijamente en la oscuridad de la habitación, donde la única luz que entraba era la luz de la luna asomándose por la ventana y cayendo sobre los cuerpos de las dos personas que se encontraban paradas frente a ella. Ni un minuto faltó o sobró para que Naruto atrapara sus labios contra los de Sasuke, y empezarán un vaivén lento pero apasionado.