Esconderse todo el tiempo

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Naruto suspiró antes de abrir la puerta de su casa, preparándose para recibir un montón de reprimendas por parte de su madre por llegar a estas horas. La verdad es que no se arrepentía de nada, después de pasar la noche al lado de Sasuke se sentía la persona más dichosa de este planeta.

Apenas abrió la puerta pudo escuchar las pisadas firmes que se abrían a paso acelerado de una persona, obviamente debía ser su madre que estaba esperando su llegada.

-¡TÚ! ¡¡¿DÓNDE ESTABAS, NIÑO?!!- efectivamente esa era su madre. Naruto solo pudo cerrar los ojos al escuchar semejante grito que esta había pegado. Al abrirlos lo primero que pudo ver fue su expresión de enfado y su mano sobre su abultado vientre.

-¿Ya llegó Naruto?- se escuchó la voz de su padre seguida de varias risas que provenían del comedor. Genial, habían visitas.

Su madre solo se dignó a dar media vuelta  con el ceño fruncido y dirigirse al comedor. Naruto no hizo más que seguirle el paso y al llegar a este se encontró con su padre sentado en la mesa junto a su padrino y a sus abuelos, y kurama comiendo de su plato. Él shiba inu al percatarse de su presencia le ladró dejando de comer para correr a saludarlo.
Naruto se agachó para acariciarlo y la voz de su abuelo lo hizo levantar la cabeza.

-Con que aquí estás, eh- rio su abuelo mientras picaba la fruta que estaba en su plato sin dejar la expresión burlesca que adornaba su rostro.

Naruto dejó de acariciar a kurama para  abrir su boca para hablar pero fue interrumpido por la voz de su madre

-¡SI, Y LLEGÓ TARDE! YO NO SE QUIEN SE CREE ESTE NIÑO PARA LLEGAR A ESTAS HORAS, ¿ES QUE ACASO NO SE PIENSA QUÉ TIENE UNA FAMILIA EN CASA?, ¿QUÉ NO TIENE UNA MADRE PREOCUPADA ESPERÁNDOLO O QUÉ? ¿Y POR QUÉ TIENES UN BUZO NEGRO, DATTEBANE?, ¿ACASO NO HABÍAS SALIDO CON UN SUÉTER BLANCO?- chilló su madre desesperadamente mientras se volteaba con un plato blanco lleno de huevos con tocino. A pesar de todo su enojo su madre le estaba sirviendo el desayuno. Naruto al ver eso solo pudo sentirse mal consigo mismo por no decirle la verdad a ella ni a ninguno de su familia.

Naruto otra vez se estaba preparando  para excusarse pero una voz femenina lo interrumpió.

-Estaba conmigo, tía- Naruto abrió los ojos con sorpresa, y rápidamente se volteó en dirección contraria para ver a la persona que le había salvado la patria. Al voltearse se encontró con la delgada figura de su prima Karin. Está solo le sonrío y continuó hablado al ver la expresión de confusión que la madre del rubio había plasmado en su rostro. -Me llamó diciendo que fuera a buscarlo porque se había pasado de copas, y no quería llegar a casa de esa manera a casa- explicó pacientemente mientras tomaba asiento en una de las sillas vacías del comedor, bajo la atenta mirada de todos los presentes que se encontraban sentados en este.

-Oh, así que solo era eso...- exclamó apenada su madre. Naruto no pudo estar más agradecido con su prima por esto, su madre se lo había creído completamente.

-Si, no quería preocuparte ni nada. Además, en el embarazo se supone que no puedes agarrar emociones fuertes, pero por lo viste te preocupe más. Lo siento, dattebayo- explico rascándose la nuca mientras veía de reojo la sonrisa cómplice que adornaban los labios de su prima.

-Ay, mi niño. No te preocupes, ¿si?- le sonrío su madre dulcemente para luego devolverse a la barra en busca de un plato. -Mejor come, ya pasó- indicó acariciando los cabellos de su rubio hijo luego de haberle dejado el plato sobre la mesa. Naruto solo le regaló una sonrisa para agarrar los cubiertos y empezar a comer.

-Karin, ¿ya desayunaste, dattebane?- preguntó en dirección a su sobrina luego de haber alejado sus manos de los cabellos de Naruto para luego dirigirlas a su abultado vientre.

Prohibido || NarusasuWhere stories live. Discover now