Capitulo 25

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— ¿Qué? — Preguntó Renjun, comprobando si había escuchado bien.

— No logré entrar — Repitió Jeno, sin expresión en el rostro de ningún tipo.

— Oh, Dios mío — Susurró Renjun y puso una mano sobre su boca, las lágrimas ya en sus ojos, porque eso era todo. Salía hacia Colegio del Rey la próxima semana, solo. Y no había manera de que sus padres no se enteraran de ello eventualmente.

Él comenzó a llorar con la idea de dejar a Jeno en Seúl, envolviendo sus brazos alrededor de su torso y enterrando su rostro en el pecho de Jeno.

— ¿Ves? Esto es el por qué no debes ser optimista todo el tiempo. Consigues esperanzas y terminas decepcionado si las cosas no salen bien.

— ¿Qué? — Preguntó Renjun, confundido y miró a Jeno con los ojos vidriosos.

— Logré entrar.

— ¿QUÉ? ¡Dame esa maldita cosa! — Gritó Renjun, antes de tomar un paso atrás de Jeno y arrebatarle la carta de su mano.

Leyó sobre las primeras líneas en voz alta, para asegurarse de que lo hiciera correctamente.

— Estimado Sr. Lee, nos complace informarle que... ¡idiota de mierda! ¿Crees que esto es una broma? — Renjun gritó y empujó el pecho de Jeno, casi derribándole — ¿Casi me da un ataque al corazón y querías darme una lección?

— No nos olvidemos de lo que me hiciste en el día de los inocentes — Dijo Jeno, pero Renjun le interrumpió una vez más con un empujón en el pecho — ¿En serio estas tratando de luchar contra mí?

— ¡No te rías de mí! ¡Estaba tan asustado!

— Debido a que te preocupas por mí.

Bromeó Jeno y los ojos de Renjun se suavizaron, antes de recordar que se suponía que debía estar enojado con Jeno por engañarlo de esa forma.

— ¡No importa! Estoy tan enojado y-Renjun continuó, levantando su mano para empujarlo de nuevo, pero Jeno atrapó sus muñecas en sus manos y tiró de él hacia su pecho.

— Pero vamos a Londres juntos — Dijo en voz baja mientras le sonreía a Renjun.

Renjun se mordió el labio y Jeno tomó su rostro, antes de que Renjun envolviera sus brazos alrededor del cuello de Jeno, besándolo.

— Vamos juntos a Londres — Renjun repite en su boca y Jeno asintió con la cabeza, presionando sus labios una vez más.

— Iremos juntos, bebé.

Ni siquiera podían besarse correctamente porque sus sonrisas eran demasiado grandes en sus caras, y Renjun nunca había sido más feliz.

Jeno lo tomó por sus caderas, sus lenguas encontrándose una a la otra con facilidad. Renjun jugaba con el pelo en la parte posterior del cuello de Jeno y él estaba a punto de levantarlo del suelo cuando escucharon que alguien tosía al lado de ellos.

— Oh. Hola, Sra. Lee — Dijo Renjun, sonrojándose cuando se alejó de Jeno.

— Ya te dije que me llamaras Seulgi. Iba para el trabajo. Encantada de verte de nuevo. ¿Esa es la carta de la Universidad?

— Sí —Respondió Jeno — Logré entrar.

— ¡Oh Dios mío! ¡Eso es increíble! ¡Salgo a las cinco hoy, así que podemos salir a celebrar! ¡Puedo comprar un pastel! ¡Puedo hacer un pastel! — Exclamó y levantó las manos.

— Adiós, mamá — Dijo Jeno, avergonzado cuando ella le besó en la mejilla. Renjun les sonrió, y eso sólo hizo que Jeno se sonrojara aún más de lo que ya estaba.

Bae, I can see the sky in your eyes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora