Hemos estado aquí por al menos tres cuartos de hora, mirando la pantalla como un grupo de inútiles que no tienen idea de qué hacer ni cómo empezar a moverse. La televisión nos recomienda encarecidamente que no salgamos de nuestras casas, pero la mayoría estamos lo suficientemente lejos de ellas como para poder cumplirlo. Algunos se han ido, otros están planeando irse después de que las cosas "mejoren" un poco. Por mi parte sé que debo limitarme a quedarme en el edificio hasta lograr contactar con mi padre. Creemos que estar aquí es seguro de momento, el edificio es grande y todavía mantiene la conexión eléctrica intacta. El agua también funciona, pero estamos todos lo suficientemente sugestionados como para querer beber de ella. Quedarnos aquí parece, por ahora, algo tentador. La pregunta del millón es... ¿vendrá realmente alguien a ayudarnos en algún momento? Porque cada imagen en la televisión, cada frase de la reportera en pantalla, nos convencen más y más de que nada va a suceder.
Nada se explica, nada tiene una razón. Solo podemos ver a la periodista rubia de expresión cansada repitiendo la misma frase entre imágenes desalentadoras, haciéndonos entender que las cosas lejos de mejorar van poniéndose mucho peor en lugar de mejorar. Hay un silencio en la sala de espera, incómodo, frío, como un nudo de tensión inquebrantable que, podría o no, terminar explotando por sí mismo. Los minutos pasan, ¿ya se hará una hora? Pero nada, absolutamente nada parece cambiar.
En algún momento terminé sentado en el piso, donde ahora tengo las piernas cruzadas, apretando mi bolso firmemente entre ellas. Algunos de los chicos que han escapado con nosotros están haciendo planes para recorrer el resto de los edificios en busca de otras personas, y aunque todos tienen ese aire de duda por lo que hemos tenido que ver, se ha formado un buen puñado de interesados en ir a marcar terreno. Me pregunto, ¿qué esperan encontrar? La parte administrativa está vacía, los jardines no tenían a prácticamente nadie rondando. ¿Debemos realmente ir a otros módulos, arriesgándonos a que esas cosas se nos vengan encima? ¿acaso tenemos algo mejor que ofrecerles acá, para protegerse? Si me lo preguntan, no tengo interés en poner mi vida en riesgo por ayudar a otras personas, mucho menos si no las conozco. Mis compañeros, sin embargo, piensan de otra forma.
Pero yo he visto los suficientes episodios de The Walking Dead para saber que esto es una pésima idea.
Vanya es el mejor ejemplo de "debemos ayudar a los demás". Digo, ha sido el presidente de la clase desde que entramos a la secundaria, y nadie, nunca, ha pensado en postularse siquiera porque el cabrón tiene madera. Incluso ahora, mientras arman todo un plan para buscar otros rezagados, mantiene una postura firme y diplomática que deja en claro que no obligará a nadie a hacer nada que no quiera. ¿Y a mí? A mí me envía una mirada indiscreta, un "yo sé que tú no lo harás" que sabe a reto y a superioridad.
Chase quiere formar parte de la expedición, así que ya puedo verme caminando junto a él, sufriendo por la dificultad de seguirle el paso. Un grupo saldrá hasta el portón principal para ver en qué condiciones esta la calle, otro irá a los interiores a buscar a los demás, uno más irá a la sala de registros audiovisuales, donde está ese viejo equipo de radio que compró el instituto cuando intentamos crear nuestra propia estación radial. El último se quedará en la sala de estar a enterarse de las nuevas noticias y hacer un catastro de lo que está pasando, viendo la televisión para actualizarse o anotando los progresos de los grupos que vayan regresando. Definitivamente ahí estará Lida, porque no tengo intenciones de que le pase algo estando fuera.
—¿En cuál irás tú, Darius? —Sí, es él, hablándome. Un metro setenta de maldad pura y concentrada, toda dirigida hacia mí. Vanya puede ser un buen líder, pero también un tirano de primera (conmigo, particularmente)—. Estoy seguro de que las chicas se sentirían bien si uno de nosotros se queda acá... no te sientas presionado ni nada, sé que no te gusta tomar riesgos.
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They are alive ; BL
Teen FictionMicah Darius es un adolescente normal. Uno que, nadie esperaría, sería capaz de sobrevivir un desastre apocalíptico. Con un pequeño grupo de amigos, y otros a los que no sabe si puede considerar como tales, se enfrentará a la realidad de un mundo en...