꧁𓊈𒆜 𝘾𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 3 𒆜𓊉꧂

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Narradora Helena (5 de abril)

Llevaba ya un rato despierta, los nervios casi ni me dejaron pegar ojo. Mi noche se resumió en vueltas, vueltas y más vueltas, de un lado para otro. Eran ya como las seis y media de la mañana, por lo que decidí bajar a la cocina a por algo de picar, cualquier cosa me servía, con tal de llenar algo mi estómago vacío.

Tras diez minutos, subí corriendo hacia mi habitación buscando una toalla y el conjunto que había dejado preparado el día anterior. Me dispuse a tomarme una ducha rápida, ya que me di cuenta de que no tenía mucho tiempo antes del que taxi llegara en mi búsqueda para llevarme a la estación del tren.

Nada más salir de la ducha, me sequé el cuerpo y me apliqué mi crema corporal de confianza, ya que ese día tenía la piel algo seca debido al cambio brusco del tiempo. Cuando me dispuse a secarme el cuerpo, el timbre de la casa empezó a sonar, bajé en una carrera para ver quien podría ser, era el taxista, el cual me estaba esperando al otro lado de mi casa. Subí las escaleras todo lo rápido que pude, me calcé mis bambas favoritas, y volví a bajar las escaleras. Antes de salir por la puerta, me aseguré de que no me olvidase nada, cogí mis maletas y cerré la puerta con llave.

El viaje en taxi fue algo aburrido, estuve la mayor parte de este revisando mis redes y mandando algún que otro mensaje a mis familiares. Tras tres cuartos de hora, llegaba a la estación del tren. El taxista me bajó mis maletas y poco a poco me fui distanciado del mismo. No tuve que caminar mucho más hasta encontrar la "televisión" que me mostraba en que vía llegaba el tren, era en la número 4, por lo que tuve que cambiar de andén. Una vez ya en la vía correcta, pude apreciar a lo lejos lo que sería mi transporte durante las próximas nueve o diez horas.

Las primeras horas de trayecto me las pase jugando con móvil, a la vez que veía algún que otro Tiktok, la verdad que últimamente me tiene bastante enganchada. Sobre la quinta hora intentaría echar una cabezadita de una hora, pero... al rato siento que alguien me estaba tocando delicadamente mi hombro descubierto, ya que traía un top de tirantes. Este era el revisor del tren, me dijo que el trayecto había llegado a su fin y que tenía que abandonar el tren. Muerta de la vergüenza, cogí rápido mis maletas y salí de aquel sitio lo más rápido que pude.

Una vez que salí del tren, empecé a buscar la salida, pero entre la multitud que se encontraba por allí, y lo rápido que iban, me empecé a agobiar un poco, me estaba costando coger bien el aire. Comencé poco a poco a encontrarme mal, estuve a punto de desmayarme, pero uno de los guardias que había por ahí, me vio a lo lejos y de un sprint llegó a donde yo estaba. Me cogió las maletas y me llevó hacia una especie de salita, donde me dio una barrita energética y una Coca-Cola.

- ¿Estás bien? - me preguntó de una forma bastante amable

- Ahora sí, gracias, por un momento me vi en el suelo – dije algo confundida

- No es nada, ¿para eso estamos no? - bromeó, cosa que hizo que me sintiera algo mejor

Después de estar un rato descansando, le volví a dar las gracias y me despedí. Me coloqué la mochila en la espalda y agarré todo mi equipaje en busca de la salida, no tardé mucho en encontrarla, en la habitación donde estuve, daba casi directamente con una de estas.

Una vez fuera, antes de nada, cogí mi teléfono y le mandé un mensaje a Apolo de que ya había llegado, con todo lo que había pasado, no tuve el momento preciso para hacerlo.

El tiempo pasaba y no recibía ningún mensaje. Me metí en Instagram para responder un mensaje a una amiga, cuando vi que Apolo había subido historias recientemente, estaba en la piscina, por lo que deduje que no iba a mirar mucho el móvil. Por lo que decidí pillarme un taxi e ir ya hacía allí.

Una integrante más by htholsomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora