Aquí me quedaré ; JimSu ┊ En Curso

El principio del fin

A veces es difícil creer como idolatran a Eunhyuk, sabiendo todo lo que ha hecho y el tipo de persona que es.

Es decir, no sólo era un homofóbico, era un traicionero y mujeriego.

Y lo tengo muy en claro.

No es por ser grosero, pero haber logrado que expulsaran a alguien injustamente por ser gay no es algo que alguien con un mínimo moral haría.
Y creo que es lo más leve que ha hecho.

Aún así, las niñas lo adoran. A él y su grupito de enfermos.
Porque eso eran, unos enfermos mentales.

Pero oh, ¡sorpresa! Le gusté a Eunhyuk. Claro que yo idiota fui el único lastimado que salió de ahí...

Les cuento.

Acabábamos de entrar a la escuela media súper, teníamos diecisiete años, él tenía diecinueve, ya que reprobó dos años consecutivos. Uno en la escuela media y otro en media superior.

Como todos adolescentes hormales, sólo nos fijabamos en los que nos parecían atractivos. Eunhyuk siempre me llamó la atención, sin embargo jamás creí que me haría caso por ser hetero, a pesar de que yo era muy femenino en ese entonces.

Pero da la casualidad que él pensó que yo era mujer. Estuvo viéndome, preguntando por mí e incluso me hablaba ocasionalmente. Claro, al momento de que se dio cuenta que yo era un chico no dudo en dejar de lado su "gustito" por mí.

Aunque no le funcionó del todo. Varios empezaron a decir que me miraba el culo cuando yo pasaba por un lado, o que se mordía el labio cuando me veía. Si antes me atraía, empezó a incomodarme.

¿Me pueden culpar? ¿O les gusta que un desconocido les vea el culo?

En ese entonces, Eunhyuk me habló. Una plática casual para recibir ayuda en un trabajo. No me importó mucho ayudarle, aun tomando en cuenta que no estaba cómodo cerca de él.

Fui a su casa por la tarde noche, le ayudé con uno que otro ejercicio, algunas palabras poco comunes, cosas de ese estilo.

Empezó a acercarse, daba caricias en mis manos y brazos. Bajó hasta la cintura, después mis muslos. Las caricias ahora eran apretones, apretaba mis muslos por encima de mi pantalón.
Se acercó a mi cara, me besó. Sólo lo seguí por la calentura del momento.

Se imaginarán que pasó.

Pero al día siguiente, todos me miraban. Me juzgaban, murmuraban en cuanto me veían, las chicas se tiraban miradas que sólo ellas entendían.

HoSeok en cuanto me vio me jaló del brazo y me metió al baño. Me enseñó el vídeo que ya todos habían visto.

Claro, sólo salía mi cara. Y no la del imbécil ese.

Lloré por horas en ese baño, ni siquiera entré a clases. No quería salir.

Él entró, sólo me vio con el celular en las manos con un vídeo en pausa (claramente que él reconoció) y... ¿Saben qué hizo?

Me gritó que era una puta, una regalada, un fácil, un marica.

Me empujó, me quitó la ropa y me empezó a golpear cada que me quejaba. Esta vez no quería, pero no pude alejarlo por miedo.

Terminé en ese baño sin ninguna ayuda. Sólo llorando hasta que terminó el horario escolar.
Me limpié como pude, me levanté y fui a mi casa.

Pero por obviedad, me sentía sucio. Lo estaba.

Una mención especial a mi mamita, que siempre estuvo ahí apoyándome. Te quiero, mami.

Pero bueno.

Ya que.

Ya pasó, pasaron dos años. Aunque la gente a veces lo recuerda, algunos se siguen burlando, otros sólo lo olvidaron. Pero yo lo superé, no en su totalidad, pero por ahí voy.

Pero aún falta una parte que me gustaría hacer antes de superarlo por completo. Y la haré pronto, en nuestra fiesta de graduación.

¡Pasaré a la universidad, tengo que festejarlo de la mejor forma!