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Antonela abrazó su pequeño cuerpo debido a una brisa que la golpeó cuando llegó al pasillo acordado.
Pasó peso de una pierna a la otra con incomodidad y cierto miedo al estar en completa soledad en medio de la noche, y más de por sí dónde ella vivía que llovían tiros a menudo.
-Polacaaa-escuchó la voz de quién esperaba detrás de ella a lo que obviamente se giró.
Ahí el traía la bendita bicicleta que tanto había armado todo el bondi en un principio.
Bueno, en realidad fué este chorro de mierda.
-Que onda pipa, por fin, ya me iba a ir a la mierda-se quejó la piba bajando un poco el largo de su vestido al sentirse intimidada.
-Estás re linda... Más que antes, ahora en vestidito-la "halagó" de alguna forma.
-Sí bueno, no vine a escuchar tus chamuyos, dame la bici que me tengo que ir al cumple de mi hermano-lo apuró cuando el rostro de su amigo se le vino a la cabeza.
-Bue', sos brava eh-mordió su labio y la Pola vió como sus ojos rojos y caídos de tanta droga que se metía el wacho la miraba de todos los ángulos que se permitiera-. Todavía no te dije el favorcito que era a cambio.
-Y bueno compa, qué tanto, hacela corta-contestó ya medio harta.
-Un pete-soltó sin pudor y ella sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal cuando una parte cruda en el fondo de ella siempre supo que se trataba de algo así.
Rascó su antebrazo con un poco de miedo, quién sabe lo que este drogado le haga acá los dos solos en la noche si ella llegaba a negarse.
-Es joda, ¿No?-se intentó mostrar confiada esperando que el pipa de ría y diga que no era posta, pero el simplemente se mostró neutral sin responder-No voy a chuparte la pinga, no seas virgen y pedime cualquier otra cosa, Pero eso no.
-¿Un pete no?, ¿Cualquier otra cosa?, bueno, entregá entonces-rió como si la situación fuese graciosa.
-Ah, me cago de risa. Dale boludo, de en serio, quiero la bici-señaló manteniéndose dura Pero quebrándose internamente.
-Y en serio yo quiero que me chupes la pija, así que así es el trato; el Pete por la cleta o nada. Listo-la acorraló con sus palabras finales.
-¿Y no te importa que el Hernán se entere?-lo intentó asustar.
-Nah-negó restándole importancia-, tu hermano no es tarado y sabe que conmigo no tiene que bardear. Además si le contas a quien miraría como una atorranta sería a vos-le recordó.
-¿Naciste así de hijo de puta o eso se hace?-apretó sus manos en puños.
-Eh que onda con mi viejita. Dale, decidite si querés devolverle la bicicleta al logi de tu amigo o no.
