Capítulo 1

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¿ES EL ARTE LA ROMANTIZACIÓN
DE LA TRAGEDIA?

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Llevé mis manos hasta el lazo de mi bata y lo solté, haciéndola caer en el suelo

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Llevé mis manos hasta el lazo de mi bata y lo solté, haciéndola caer en el suelo.

Mi show contaba una historia que comienza con la canción «Rojo rubí», que trata sobre un hombre que me regala un collar de rubí y no puede dejar de pensar en lo bien que se me ve puesto, hasta el punto de obsesionarse conmigo. La caída de la bata roja —que estaba cubierta de plumas y era bastante transparente— dejaba al descubierto el vestido negro que traía debajo, el cual simbolizaba la muerte de ese amor y mi dolor tras la partida de aquel hombre.

El último de mis shows en Berlín estaba a punto de terminar y solo quedaba una canción por cantar: «Frenesí». Llevé las manos al micrófono y lo tome entre mis manos. Cuando las luces del bar se atenuaron aún más y la única figura visible en aquel sitio era yo, comence a cantar:

Es como un frenesí, la forma en que me ves.
Ya me cansé de estar siempre
en el mismo lugar otra vez y otra vez.

Quizás no puedo aceptar,
que las personas se van
porque para mí, aún queda tanto por decir

Oh bärchen bärchen,
estás tan roto y a nadie le importa.
Me heriste porque me amabas dijiste.

Es como un frenesí, como me destruís.
Ya me cansé de estar siempre
en el mismo lugar otra vez y otra vez.

Quizás no puedo aceptar,
que las personas se van
porque para mí, aún queda tanto por decir.

Oh bärchen bärchen,
estás tan roto y a nadie le importa.
Me heriste porque me amabas dijiste.

La multitud estalló en gritos y aplausos, exigiendo más. Llevé ambas manos hasta mi corazón y dije:

—¡Gracias Berlín! —los aplausos se detuvieron—. Me han tratado tan bien que hasta sentí... un frenesí —la multitud volvió a estallar en carcajadas y aplausos.

Hice una reverencia y me marché hacia la parte trasera del escenario.

—No tan rápido —me dijo Margarete—. Aún debes firmar autógrafos.

—¿Podemos dejarlo pasar por hoy? —pregunté cansada.

—No dejaré que tu reputación se arruine en el primer show que das sin Niccolò —respondió—. Imagínate lo que dirá la prensa de nosotras si te permito marcharte sin dar autógrafos.

Corazón de hierroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora