"No tuvieron un final feliz, pero sonrieron todas las horas que pasaron juntos... sólo por eso, valió la pena".
-Mario Benedetti
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.¿Cuánto tiempo he estado inconsciente? Tal vez una o dos horas. Afuera, la lluvia sigue cayendo a cántaros.
Intento levantarme, pero no puedo; todo mi cuerpo duele. Trato de apoyarme en los muebles de la habitación. No veo a Eren por ninguna parte. Necesito saber qué pasó con mi bebé.
Recorro cada habitación, pero no encuentro rastro ni de Eren ni de mi bebé. Justo cuando estoy a punto de salir, lo veo por la ventana: Eren, completamente empapado, sosteniendo una pala en sus manos.
La visión se me nubla y me esfuerzo por mantenerme en pie. Me tambaleo hacia la ventana, tratando de enfocar mi vista en su figura. La lluvia lo empapa completamente, y la pala que sostiene parece brillar bajo el débil resplandor de los relámpagos.
Mis piernas ceden, y me apoyo en el marco de la ventana, temblando de frío y desesperación. Cada paso hacia la puerta es pesado y doloroso. La lluvia ha convertido el suelo en un mar de barro, y me esfuerzo por llegar hasta Eren. Su postura es rígida, casi como si estuviera en estado de shock, y su mirada está fija en un punto donde la tierra está removida.
—Eren, ¿dónde está nuestro bebé? — mi voz es un susurro quebrado, apenas audible sobre el rugido de la tormenta.
Eren levanta lentamente la vista. Sus ojos están llenos de lágrimas y una tristeza profunda que no puedo comprender. No responde, pero su mirada se dirige hacia el hoyo recién excavado.
Mi corazón late con fuerza mientras me acerco a la tierra removida. Con manos temblorosas y lágrimas que se mezclan con la lluvia. Empiezo a cavar desesperadamente, sintiendo el barro frío y pegajoso bajo mis dedos.Lo único en lo que puedo pensar es que mi bebé no puede estar muerto.
Finalmente, la tierra cede y descubro algo envuelto en una manta. Con el alma en un hilo, retiró la manta y reveló el pequeño cuerpo de mi bebé, pálido y frío. Un grito ahogado escapa de mis labios mientras lo abrazo; la realidad se desploma a mi alrededor. El dolor es insoportable. Quiero gritar, golpear el suelo, hacer que todo esto desaparezca, pero no puedo.
Siento que todo se nubla a mi alrededor.
Escucho una voz que me llama. Es la de Eren.
— Mikasa, despierta.— siento una mano cálida sobre mi hombro, sacudiéndome suavemente. Abro los ojos de golpe, respirando agitadamente, y veo a Eren arrodillado junto a mí, su rostro bañado en preocupación.
— Mikasa, ¿estás bien? — pregunta, sus dedos aún aferrados a mi hombro.
Parpadeo varias veces, tratando de despejar la confusión de mi mente. Miro a mi alrededor; estamos en nuestra habitación. La lluvia ha cesado, y no hay rastro de barro, pala ni tierra removida.
— Estabas llorando mientras dormías.
— ¿Qué? Yo no estaba…— al tocar mi rostro, me doy cuenta de que es verdad. Entonces recuerdo la razón por la que lloraba: esa horrible pesadilla.
— Eren, dime, ¿dónde está mi bebé? — le pregunto con miedo, temiendo que la pesadilla sea real.— Él está…
— No, ella está bien. — interrumpe, tratando de calmarme.
— ¿Ella? — repito, confundida
— Sí, tuvimos una niña. — dice, y veo cómo su rostro se ilumina. Las lágrimas vuelven a mis ojos, pero esta vez son de felicidad.
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LUNA DE CRISTAL
FanfictionEscapar. Esta es la única solución a mi problema. Corrí lo más que pude hacia el bosque hasta adentrarme en lo más profundo, no tenía idea de que mi decisión cambiaría mi vida por completo. Hicimos un acuerdo, yo tendría un lugar donde quedarme...