La Enfermedad De La Luna

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En los confines de un reino, envuelto en la bruma de la aurora, en el interior de las murallas carcomidas en piedra, nació un niño destinado a ser un noble. Su llegada al mundo fue anunciada por el canto de los pájaros y la suave brisa que acariciaba los campos dorados al amanecer.

El niño, envuelto en mantas de seda y colocado en una cuna tallada con intricados detalles, fue recibido con felicidad y expectación ante su nueva familia, para su futuro papel como líder y protector del pueblo.

Su llegada no tardó en celebrarse, un festín fue apreciado. Repleto de banquetes con comida deliciosa, la gente estaba feliz y parecía que toda la visión del niño adquiría un tono rosáceo.

Con el pasar del tiempo, el pequeño cumplió sus primeros tres años de edad. Fue en una noche donde la Luna Llena ejercía influencia sobre él, incluyendo su salud y comportamiento. Los padres contemplaron al satélite iluminando a su hijo, la Luna postró su poderes místicos contra él, y ellos, en un intento de desesperación, intentaron apartar bruscamente al infante de la amenaza. 

Pero lamentablemente ya era demasiado tarde, ahora el elegido de la Luna, estará vinculada a él para siempre.

Los minutos pasaron, la luz fría que acariciaba al pequeño Karl empezó a oscurecerse. Su temperatura corporal creció considerablemente hasta llegar de los 28° hasta los apresurados 42°. Estaba envuelto en sudor y temblaba con violencia. Una fiebre abrasadora asaltaba su cuerpo, consumiendo su energía y nublando su mente con delirios febriles.

Cada fibra de su ser parecía arder con la intensidad del fuego, mientras su temperatura corporal alcanzaba niveles alarmantes. Su piel estaba enrojecida y caliente al tacto, y su respiración era agitada y entrecortada. Karl gemía de dolor, incapaz de encontrar alivio en su angustia.

A su alrededor, los progenitores preocupados lo observaban, impotentes ante su sufrimiento. Intentaban enfriar su cuerpo con paños fríos y administrándole medicamentos para reducir la fiebre, pero la enfermedad parecía resistirse a ceder.

En su estado febril, Karl experimentaba alucinaciones, viendo figuras fantasmales danzando en las sombras y escuchando susurros ominosos en el viento. Su mente vagaba entre la realidad y la fantasía, atrapada en un torbellino de delirio y confusión.

El ataque no cesaba, los ojos del crío rodaban en blanco mientras su cuerpo seguía tiritando. Parecía poseído por la vinculación entre la Luna y su alma, una vez tranquilo pasados los efectos, los padres lo llevaron ante un cura para saber qué era lo que le estaba ocurriendo.





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⏰ Última actualización: Apr 19 ⏰

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