Capítulo: 2

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1 año después...

- Cristal -llega la voz del otro lado de la puerta- Es tarde ya, necesitamos irnos a trabajar. Hoy llegará un patán- esto último lo ignoré.

Doy vueltas en la cama y sin querer caigo al suelo, si definitivamente he despertado.y no de muy buen humor ¿Quién se despierta de buenas cuando lo despiertan? Yo no.

- ¡Voy Sam! -grité para que no entre a mi habitación.

Sé que es inútil, sé que lo hará de todas maneras... pero tengo la esperanza de que respete mi privacidad algún día 3... 2... 1...

- ¿Ya estás lista?- preguntó entrando y sí allí esta mi amiga, vestida toda elegante.

Es rubia y su piel es clara, tiene ojos azules... y si hablamos de su figura que es de ensueño ¡Oh sí lo olvidabada! ¿Cómo llegué aquí con ella? La que podría llamar como mejor amiga.

Después de llegar a la casa de mis padres, hice una estupidez solo para que me dejaran tranquila me hice de buena, me disculpé con ellos y supestamente admití que había cometido el mayor error de mi vida y pregunté de buena manera para qué me necesitaban. Y allí es donde me dijeron, que me necesitaban para que trabaje por ellos en su parte de la empresa de publicidad, no soy dueña solo trabajo por los ridículos, son unos interesados. En esos tres meses y medio que duré con ellos, conocí a Sam sus padres son socios de los míos y la tienen a ella como dueña de su parte.

Unos señores encantadores en realidad, son personas adineradas y humildes, no puedo creer como ellos podrían haberse hecho socios con unos padres como los míos, como dice el padre de Sam "En el mundo de los negocios sabes como debes comportarte, pero nunca dejes que ellos te cambien".

Al cuarto mes que llevaba conociendo a Samatha, me dijo que vivía en un departamento que se compró y lo sentía muy grande para estar ella sola, esa fue mi luz, le dije que si me podría ir a vivir con ella y gustosa aceptó, pero se negó cuando le dije que le pagaría la mitad de lo que le costó, queda de más decir que terminé ganando y que fue la única vez que utilicé el dinero de los Winston, pero pagaré ese dinero no quiero deberles nada a ellos.

Cuando me mudé con ella, cree una cuenta de banco para recibir mi pago por ahí, ¿Qué más puedo decir? A que mi padre solo se rió diciendo que era una idiota y más nada. Sé que algo malo saldrá de todo esto pero tengo el apoyo de Sam que le conté todo sobre mí y también tengo el apoyo de su familia solo que de una manera algo escondido... lo cual me parece extraño. Y mi familia los Duarte, sigo manteniendo contacto telefónico con ellos, siempre me dicen que todo está igual y que esperan mi regreso.

Y así llegamos a como estamos aquí.

- ¿Ey? ¿Podrías dejar de pensar en cualquier tontería? Alistate que ya nos vamos- se fue sin más.

Después de una hora, me encuentro lista y salgo y veo a Samantha terminandose un sanwich y yendo al baño. Mi estómago comienza a rugir, la sigo y entro al baño y la encuentro cepillandose los dientes, soy igual que ella no respeto su privacidad.

- No me hiciste desayuno- me crucé de brazos y ella solo se encogió de hombros enjuagando su boca.

- Te lo merecías por tardarte tanto- sonríe y sus dientes estan blancos.

-Ahora comeré en la empresa después de la junta. Gracias a eso mi estómago sonará como un león.

Solo hago que se ría de mi último comentario y sale agarrando nuestras carteras mientras le piso los talones, bajamos en el acensor y salimos a la calle.

- Señoritas... buenos días

- Buenos días Richard- decimos al unísono.

Sí traje conmigo a este señor que es mi amigo silencioso, mi padre solo dijo que no le haría falta y Richard terminó viviendo por aquí mismo y siendo nuestro amado chofer vestido elegante como siempre.

Ser Fuerte y VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora